¿Te lavas bien las manos?

Vida 04/11/2016 05:00 Silvia Ojanguren Actualizada 05:00
 

Es una realidad que todos le damos la mano a millones de bacterias, esto porque las manos son uno de los principales vehículos de contacto con gérmenes, ya que están en constante contacto con superficies contaminadas. 

Expertos en temas de higiene nos dicen que las manos se relacionan con agentes invisibles en botones de un elevador, el teclado de la computadora en la oficina, los trapos de limpieza en la cocina o inclusive el teléfono celular.  

Por esto es urgente hacer conciencia en  la población sobre los padecimientos que amenazan su salud al no seguir una correcta rutina de higiene, según Tork, líder mundial en sistema de higiene.  

Juego de manos. “El lavado de manos se relaciona con la práctica de prevención y control de padecimientos, es una forma de evitar infecciones y daños a la salud”, indican especialistas. 

El hábito de higiene puede evitar riesgos en la salud, ya que a pesar de que veamos nuestras manos aparentemente limpias, podrían alojarse en ellas más de 300 mil bacterias.  

Entre los principales padecimientos causados por una deficiente   higiene de manos, destaca el contagio de influenza de distintos tipos, incluido el H1N1, diarrea, causante de miles de muertes al año, enfermedades respiratorias, y de transmisión oral-fecal como la hepatits A o la  salmonelosis, explica el pediatra e infectólogo, Antonio Arista.  

Por eso, dice “es fundamental lavar las manos, principalmente en los siguientes momentos: antes y después de ir al baño, luego de sonarse la nariz, toser o estornudar (tapándose con los dedos)”. 

 

Puntos para no olvidar  

Los expertos de Tork  recomiendan seguir los siguientes pasos para un buen  lavado de manos: 

Mojar las manos.  

Aplicar jabón líquido o de barra. 

Tallar hasta formar abundante espuma. 

Masajear vigorosamente durante 20 a 30 segundos. 

Frotar por completo la superficie, incluyendo la parte trasera de las manos, muñecas, entre los dedos y debajo de las uñas. 

Enjuagar bien las manos. 

Secar con una toalla limpia, de preferencia de papel. 

Cerrar la llave, preferentemente con la misma toalla que secaste tus manos.

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