Nadie tiene escape a momentos de depresión, esto es una verdad como que este mal es la principal causa de problemas de salud y discapacidad en el mundo.
El hoyo depresivo es gigantesco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra 322 millones de personas afectadas y que pueden enfrenar un problema de salud serio.
Del 2005 al 2015, la depresión ha tenido un incremento del 18.4%, lo cual merece atención y sobre todo que obliga a que se enfoque este problema de salud y se atienda con la urgencia que merece.
En medio de la escena, Carmen Ayza, directora Médica de Lundbeck, dice que los médicos deben tener acceso a un manejo integral de los trastornos del sistema nervioso central, con un enfoque especial en depresión, para que el paciente sea diagnosticado y tratado de manera correcta.
“Por lo general el paciente llega a un primer nivel de atención y ese es justo el nivel más importante en donde deberíamos promover una conciencia de enfermedades, para que puedan ser referidos al especialista en caso necesario”.
Desde el lado oscuro. La depresión es un azote para 3.3% de la población mexicana a lo largo de su vida y su diagnóstico puede tardar hasta 15 años, según Edilberto Peña, director de Investigación del INCIDE (Instituto de Neurociencias, Investigación y Desarrollo Emocional).
La depresión, explica, es una constelación de síntomas afectivos, cognitivos y somáticos, entre ellos tristeza, cansancio, dificultad para concentrarse, para llevar a cabo sus tareas habituales y padecer de constante indecisión.
Todas son razones suficientes para buscar tratamiento, especialmente en casos en donde presenta una interferencia con el rendimiento laboral y personal.
Peña considera que, al existir cuadros parciales de síntomas en la mayoría de los casos, no se establece un diagnóstico definitivo de depresión.
Remarca que todos y cada uno de los síntomas requieren evaluación, porque están afectando la capacidad funcional y el desempeño de la persona.
Luz en la oscuridad. El psiquiatra Rodrigo Corona dice que suele abordarse clínicamente el problema de la depresión, pero existe mucho desconocimiento y confusión en la dinámica y dimensión social.
“Estos malentendidos generan a su vez problemas de estigma, de rechazo y de no comprensión, ya que se percibe que se trata de una falla en la actitud de la persona, que no quiere superarse o hacer un esfuerzo, cuando en realidad tenemos un problema de salud importante, que se debe tomarse en serio y atenderse de manera oportuna con el tratamiento apropiado”, dice.
México no tiene tasas de depresión tan altas como otros países como son Estados Unidos, Brasil, Francia, pero no porque los mexicanos se depriman menos, sino porque no existen diagnósticos correctos respecto al tema.
