Personas invidentes también se enamoran y sufren
Dice el dicho que ojos que no ven, corazón que no siente; pero esto es mentira, las personas ciegas sienten, se enamoran, se erotizan y sí, también sufren y gozan.
Las relaciones amorosas y sus bemoles no escapan a estas personas, para quienes muchas veces su sexualidad les ha sido congelada por el miedo a que “les hagan daño innesesario” o “que abusen de su condición”.
Pero el carecer del sentido de la vista, puede y es, un potencializador de su creatividad en la sexualidad porque al no ver “estás totalmente presente, expuesta a tus sensaciones, el orgasmo y el multiorgasmo pueden ser más fáciles, porque vives al máximo la experiencia erótica sin distracción” asegura Gabriela Magaña, Sexóloga y psicologa ciega.
Cuando no ves, explica, estás muy alerta para saber qué pasa, para poder identificar el gemido, la respiración sin ver gesto alguno que te indique si le gusta o si aprueba, esta forma de estar en lo que estás hace que lleves al otro a tu terreno; a una experiencia quizá más intensa. En el terreno de la atracción, sin la vista, la persona ciega también elige, “lo hacemos a través de descifrar su voz, de identificar si al hablar usa otro tono, se traba o tartamudea, porque son signos de que miente.
Gaby nos cuenta que los ciegos se enamoran igual que todos, usando primero los demás sentidos y percibiendo lo que eso los hace sentir por la persona, “si no hay enganche, no es para mí. Y, en segundo lugar que haya comunicación, respeto y confianza, cuando reconocemos ésto decido, y elijo”.
En el momento íntimo también “quitar la vista al otro” puede ser extremadamente erótico, presume Magaña.
DATO G
La complicidad íntima de una pareja es aquella que surge de la amistad: es esa conexión y atracción entre dos personas que implica un conocimiento mutuo de sus necesidades, gustos, debilidades, fortalezas, deseos e intereses eróticos. Y, a partir de esa amistad, se hacen cómplices, que significa estar juntos física y mentalmente.
