Amar y querer no es igual

29/07/2015 03:00 Cecilia Rosillo Actualizada 14:06
 

No hay duda de que en gustos se rompen géneros y aunque existen personas a las que se les hacen atractivas aquellas que parecen muy indefensas y que necesitan ser salvadas, la mayoría de las veces son más duraderas las relaciones con personas a las que no se les necesita, sino a las que sólo se les quiere.

Es un hecho que la necesidad genera muchas formas de apego y éstas hacen que las personas deseen estar juntas; sin embargo, aquellas que emocionalmente están dañadas tienen profundos problemas y requieren a un salvador para solucionarlo todo, incluso hasta sus mismos orgasmos.

En este proceso y con el deseo de ser necesitados, estas personas hacen sentir al otro que tiene un propósito, una razón por la que debe estar al lado de esa persona. Pero es un juego del ego donde el que rescata se hace de una vida emocional y erótica que no es la suya.

En estas relaciones hay dos problemas fundamentales, uno es que nunca se logra salvar a la persona ni se logra que viva siquiera sus experiencias sexuales por ella misma y, con ello, la relación termina mal o las cosas van bien sólo mientras el salvador se dedique a resolverle la vida al dependiente, incluida la satisfacción sexual.

Es el caso de aquellas personas que culpan al otro de no hacerlos sentir nada, de no acariciarlos bien, de no hacerlos llegar al orgasmo, de que la relación no es la misma y así un sinfín de etcéteras.

Por ello, siempre es mejor encontrar una pareja que pueda lidiar con sus propios problemas y no hacer caridad emocional. 

Así, de menos hay cinco razones por las que es mejor que te quieran a que te necesiten:

1.- La persona es fuerte, no necesita que otros tomen la iniciativa de hacer las cosas por sí misma. Puede cuidarse sola y compartir. 

Hará sus cosas sin que se lo recuerden y a su manera.

2.- Es independiente: Aunque al ser humano le gusta ser necesitado, llegado el momento, no importará cuánto se le ame, resulta odioso vivir para complacer lo que se vuelve exigencia.  

Una persona independiente entiende que cada uno tiene su espacio, y como lo sabe, la relación tiene más probabilidades de llegar a buen puerto.

3.- Es astuta: Las personas que necesitan ser salvadas siempre se negarán a mejorar, por lo que corren cuando hay problemas. Es mejor una pareja astuta que no sólo sepa sobrevivir, sino también florecer.

4.- Puede ayudar a limpiar los desastres del otro. Al saber lo que quiere, busca la forma de conseguirlo, por ello, si su pareja comete errores, busca poner límites y llegar a acuerdos. De alguna manera, enfrenta al otro con sus propios demonios.  

5.- Son responsables de todas sus cosas. No buscan zafarse de sus responsabilidades y, sin embargo, son libres para  poder escogerlas. 

 

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