Los sapiosexuales han existido siempre y en muchas ocasiones han sido criticados por enamorarse de la inteligencia de la otra persona.
Ahora está comprobado que el amor no sólo es una reacción química que se da con el atractivo físico, sino que puede empezar con una buena plática inteligente.
Los sapiosexuales valoran la inteligencia de la persona y es lo que los hace sentir excitación sexual. Por lo que se inclinan más a tener una relación a largo plazo, que tener encuentros sexuales casuales.
Estas personas, por lo regular, poseen un rasgo que los expertos en psicología de la personalidad suelen definir como “apertura a la experiencia”, es decir, se activan ante estímulos novedosos y prestan poca atención a lo que les resulta repetitivo.
Precisamente por eso, en los rituales de seducción pueden sentirse especialmente atraídos por las conversaciones que abran su mente a mundos distintos, centradas en contenidos poco habituales o que planteen nuevos pensamientos a temas que la mayoría de la gente trata de forma simplona, es esta activación, que en principio es sólo mental, se extiende a todos los niveles, incluso el erótico.
Los expertos en sexualidad dicen que el término se aplica tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, al parecer, hay más frecuencia en ellas por una diferencia de género, pues parece que a las féminas, cuando les preguntan cuáles son los valores que buscan en la atracción, aparte del físico, valoran mucho más la inteligencia.
Esto no quiere decir que los hombres la valoren menos, pero los varones responden antes con otras variables que parecen prioritarias a la inteligencia de la mujer.
Pero ojo, el hecho de optar por un hombre inteligente no se hace precisamente para tener una mejor conversación o descubrir aspectos nuevos de la vida más alejados de la rutina y la previsión, sino porque la mujer presupone que un hombre inteligente va a tener más recursos económicos o puede tener mejor carrera profesional.
Se trata de un gran motivo para elegir, que es psicológico y que responde a la búsqueda de una adaptación y de recursos.
La explicación a por qué sucede esto tiene un sustento en el funcionamiento cerebral. Y es que a diferencia de lo que se podría pensar, el principal órgano sexual es el cerebro. Luego vienen la piel y la sexualidad genital. Algunas corrientes de la psiquiatría comentan que la seducción tiene una partida en la conmoción de encuentros a nivel mental, por ello no es tan extraño que resulte atrayente, desde el punto de vista sexual, una persona que genera un imán de lo que es la sapiencia.
La evolución humana ha provocado los mayores cambios en el cerebro y viéndose en el comportamiento de las personas, por lo que la atracción entre personas se puede provocar como un vínculo mental.
