Disfrutan del sexo en la calle

Sexo 01/09/2016 05:00 Cecilia Rosillo Actualizada 05:09
 

Una de las industrias del sexo que más remuneración económica tiene es la de la pornografía, y ahora su  auge   está en la presentación de escenas reales realizadas en exteriores.

Si bien, al principio de su historia, la pornografía no pasaba de las pinturas y grabados de desnudos, cuando la fotografía apareció, esta industria tuvo mucho mayor proyección y las personas dedicadas a ella se dieron cuenta que para sobrevivir y tener un negocio siempre creciente, era  necesario ver hacia dónde se movían  las nuevas conductas sexuales de la gente.

Con esa mentalidad, la pornografía   ha sido, quizá, una de las pocas industrias que cada día se mantienen innovando. El sexo callejero, como se le ha dado en llamar a esta nueva corriente del porno, sí vende y mucho, aún más si la condición que plantea el video, se trata de una situación que podría pasar a cualquiera en su día a día, o bien a alguien cercano a uno mismo.

Este sexo callejero ya es un género que muchos productores pornográficos, sobre todo de Europa, empiezan a explotar, pues se trata de realizar contenido erótico  en plena vía pública sin mediar permiso alguno por parte de las autoridades como suele requerirse para filmaciones profesionales. Y es que el primer punto tiene que ver con que en un gran número de ciudades en el mundo está prohibido tener sexo en la calle.

Se ve a los protagonistas, gente común y corriente, fuera del  estereotipo de súper cuerpos y genitales muy desarrollados, que se conocen en el momento, se gustan o bien comparten las mismas ideas sexuales y con ello se encuentran el mejor rincón más cercano para dar rienda suelta a la pasión, puede ser después de una noche de copas y baile o simplemente al salir de la oficina.

Estos contenidos también tratan de parejas que ya se conocen y que con el sexo a flor de piel no requieren de un sitio privado para demostrar sus habilidades eróticas y se dan toda la pasión en la plena calle, sin ser vistos.

Algunas de esta producciones, un poco más “caseras” ya están dando vuelta a través de las redes sociales haciendo a muchos espectadores   preguntarse ¿cómo se atreven a hacerlo en la calle? ¿Será de verdad que no se dan cuenta que los están grabando? ¿En serio es una cámara escondida? Y la respuesta es: Todo es planeado, saben que los graban y sí, los sitios son reales, lo que hace de esto una complicidad entre protagonistas y productores para hacer las  cintas clandestinas.

Así, estas producciones, pese a ser clandestinas y no tener una gran inversión en equipo de grabación, luces y estudios cerrados, han acaparado al público que deseaba ver algo fresco y más real, por eso no en vano este material empieza a ser preferido sobre lo tradicional, sobre todo por mujeres.

Lo que vende es practicar sexo en la vía pública y expuestos a ser vistos. Ya que esto genera cierta ansiedad por parte del espectador, pues este género del porno convierte al espectador en voyeur de lo que pasa. Y eso resulta muy excitante, pues ser testigo de un acto sexual es algo que resulta muy morboso. Cada vez más productoras de porno apuestan por este género, filmando escenas de sexo en lugares públicos, a pesar de exponerse a multas por ello.

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