¿Homofóbicos gay?

Sexo 28/10/2016 05:00 Raúl Piña Actualizada 05:05
 

¿Una persona gay que se opone a los matrimonios igualitarios y las adopciones homoparentales es homofóbica?

Es la pregunta que se lanza en una reunión de amigos gays, y las opiniones se dividen, los ánimos se calientan y las voces suben de tono.

Muchos hombres homosexuales  consideran que no, que el matrimonio gay no es para ellos.

Clemente dice que "la consigna de la comunidad gay en los 80 era ser libres. Queríamos ser diferentes. No queríamos encajar en una sociedad que siempre nos ha sometido, humillado, olvidado, matado y discriminado.  No, no era el plan original".

No me opongo a que si tienes una pareja, reciba tus beneficios, dice Clemente, que si te puede poner en su seguro de vida, en su plan médico que recibe, gracias a su trabajo, y que si muere, su pensión pueda ser transferida a la pareja que sobrevive.  No, no estoy en contra de eso.  Lo que no me gusta, es caer en los convencionalismos que nos han impuesto. Ahora no es sólo el compromiso legal. Es toda la parafernalia que acompaña al hecho. La boda, los trajes, el pastel, la música, las flores, el gasto, las invitaciones, la canción favorita de ambos, el menú de la cena, la decoración, etc.   

"Nos estamos casando como los bugas-heteros, volvieron a ganar, volvieron a hacernos a su modo, y eso, es lo que me emputa", dice.

Alrededor de la mesa, algunos empujan el trago más rápido, otros están de boca seca.  Un par  se levanta de la mesa y discretamente se retira.  

Su boda está a dos semanas y no quieren escuchar tanta 'estupidez'.

Los niños, continúa Clemente,  tienen derecho a una vida feliz, a una familia que los ame.  No me niego a que sean rodeados de afecto y de un ambiente de paz y  armonía, pero existen otros niños, y esos  son crueles.  La gente gay que adopta  piensa que con amor se cura todo, pero no piensan en el hostigamiento (bullying) que sus hijos van a tener que pasar en la escuela, en el parque, en el barrio

Las familias de hoy día, viven en edificios. Poca gente tiene casa propia.  Edificios con 20 familias en el mismo lugar.  Gente que no tiene a veces la sensibilidad para convivir con una pareja del mismo sexo y con hijos.  No todas las familias ven con buenos ojos —todavía— a los hijos de parejas del mismo sexo.

“Sé que si no educamos a la sociedad, nunca vamos a llegar a ese momento, pero aún no lo es”, dice.

Ahora queremos bodas como los bugas, hijitos como ellos, escuelita y vacaciones en Disney.  No, eso no era mi sueño, dice el muy apasionado ingeniero (doctorado) químico.  Yo quería vivir con mi pareja en mi casa y amarnos tal cual, como amantes, como se ama la gente libre.  Pero creo  que nos han ganado una batalla más en esta guerra de libertad y nos han vuelto a cortar las alas.

Se da cuenta que ha incomodado a varios y se incorpora para ponerse su chaqueta no sin antes decir: 

 "Lo único que nos falta, es que acabemos haciendo demostraciones de Tupper con café y galletas, e invitar a las vecinas"

P.D.  Las opiniones  expresadas anteriormente  no siempre son compartidas por el responsable de esta columna. Pero todos tienen derecho a compartir sus ideas, y esto no es más que una tribuna para que así sea.  ¡Tolerancia y libertad!

 

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