¡No más insomnio!

Vida 04/09/2018 05:18 Víctor Jiménez Actualizada 11:05
 

Entre las causas psicológicas del insomnio, están las creencias fatídicas de las consecuencias de no dormir, el afán de control, la frenética actividad mental y la resistencia a aceptar las variaciones en la calidad del sueño como algo normal, que ocurre a casi todos. 

Creencias. Las ideas catastróficas acerca de las “terribles” consecuencias (imaginadas) de no dormir bien esa noche le echan leña al fuego del insomnio. “Si no puedo dormir, mañana será un infierno, no podré rendir en el trabajo, mi jefe se dará cuenta y perderé el empleo”. Un cúmulo de emociones desagradables surgen a partir de estas ideas en una noche de insomnio. 

Recuerda, lo que imaginas no es la realidad. Lo que no está sucediendo en este momento no debería quitarte el sueño, pues es algo inexistente, sólo un producto de tu mente. Aprende a observar tus pensamientos, imágenes, preocupaciones y recuerdos como lo que son: productos de la mente, no realidades. Observarlos sin juzgar te permite crear distancia entre tú y ellos, lo que los hace más manejables.

¿Qué más puedes hacer? Practica  este ejercicio: Cierra los ojos e imagina que colocas tus pensamientos sobre las hojas que flotan en un arroyo y déjalos pasar. También puedes imaginar que son soldados en un desfile o nubes en el cielo. Hazlo durante el día en periodos de cinco minutos, para ejercitar esta habilidad y ponerla en práctica en la cama, justo antes de dormir. 

Activación mental. Para dormir, es necesario desactivar la mente poco a poco. Es imposible conciliar el sueño si sigues procesando todo lo ocurrido durante el día, las preocupaciones, la solución a un problema. Para quedarte dormido, debes desenchufar la mente controladora. Al hacerlo, disminuye la rigidez muscular, baja el ritmo cardiaco, se hace más lenta la respiración y se reduce la presión arterial.  Cuando se relaja la mente, también lo hace el cuerpo. Y cuando el cuerpo se relaja, también lo hace la mente, así que puedes llegar al sueño por ambas vías. 

A algunos les cuesta más soltar el acelere mental.  Un buen ejercicio para crear estados de calma mental es quedarse quieto y en silencio, poniendo atención a la respiración unos cuantos minutos, varias veces al día. Es un ejercicio para aprender a desactivarse mentalmente. 

Aceptación. La dificultad para dormir es algo temporal, que va a pasar, como pasan todas las cosas. Pensar esto te podría traer paz mental y emocional. Acepta la dificultad para dormir,  no quiere decir que debes disfrutarlo, sólo es una realidad que conviene aceptar de manera neutral, sin dramas, sin exageraciones. 

¿Qué hacer entonces? Observa tus pensamientos, emociones y sensaciones sin evaluarlos como buenos o malos, verdaderos o falsos, sanos o enfermizos, importantes o no. Sólo nótalos,  sin hacer absolutamente nada, con aceptación total. La idea no es que esto te ayude a dormir, es sólo un paso intermedio. Al desarrollar la habilidad de aceptación algunas personas duermen mejor. No esperes resultados inmediatos, pues hacerlo sólo entorpece la práctica de aceptación. A la larga trae recompensas, que ya descubrirás tú mism@.   

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