Cómo lidiar con la muerte

Vida 16/08/2016 05:00 Víctor Jiménez Actualizada 05:00
 

A continuación encontrarás algunas estrategias para lidiar con la muerte de una persona querida, sobre todo en la primera fase de la pérdida.

No interfieras con el duelo.  El duelo, sobre todo cuando la muerte es reciente, tiende a ser una experiencia abrumadora, dolorosa y provocadora de temor. A pesar de no ser agradable, es importante dejarlo ser, no interferir en el proceso. Seguramente en algún momento dirás algo como: “Esto es insoportable, es mucho más de lo que puedo aguantar”.

Para elaborar adecuadamente tu duelo, es absolutamente necesario sentir todo el impacto de la pérdida. Llora lo necesario, reclámale a Dios o a la vida, grita de desesperación y dolor.

Lo peor es reprimir el dolor o tratar de cambiarlo, demasiado pronto. Tienes que derramar muchas lágrimas, una a una, para recuperarte. Y no hay atajos.

Date el tiempo necesario. No te apresures, el duelo también es cuestión de tiempo y debes vivir todas las emociones de la parte inicial del proceso: enojo, tristeza, desesperación, impotencia. Si te permites vivir tu duelo ahora, cuando el dolor es reciente, en el futuro la pérdida no tendrá repercusiones en tu vida emocional. Quienes reprimen sus emociones ante una pérdida importante tienen una mayor probabilidad de sufrir de ansiedad o depresión más adelante.

Confía en el proceso del duelo. Permitirte sentir el dolor profundamente, al final, te traerá de regreso a la vida. Con seguridad pensarás: “Nadie más ha sentido o siente el tipo de dolor que siento yo”. Pero en realidad la mayoría ha experimentado un dolor tan grande como el tuyo. Y lo mejor de todo: han salido adelante sin sufrir ningún daño permanente. Si otros lo han superado, tú también lo harás.

No te dejes presionar. Cada uno tiene una forma muy personal de expresar y lidiar con el sufrimiento por una pérdida. Sé amable y paciente contigo y con los demás. Algunos días serán mejor que otros. Confía en el proceso. No hay un tiempo “normal” para recuperarte. Algunos se adaptan a una nueva vida en unos meses. A la mayoría le toma un año o dos. Es común experimentar tristeza en días especiales o aniversarios.

¿Cuál es el tiempo adecuado para ti? El que necesites. Pero toma en cuenta que si después de dos años sigues sintiéndote igual que en los primeros meses, será necesario consultar a un tanatólogo o terapeuta.

El dolor abrumador también pasará. A veces pensarás: “El dolor es tan grande que podría volverme loco (a)”. Y es comprensible, pues el dolor derivado de una pérdida es tan abrumador que es sorprendente que no nos volvamos locos. Por fortuna, igual que otras personas que han sobrevivido a la muerte de un ser querido, tú también cuentas con una red de seguridad emocional que te protege para que no pierdas la cordura.  Te vas a recuperar. Tomará algo de tiempo, pero  te sentirás mejor.

No temas olvidar a tu ser querido. Algunas personas no se permiten elaborar su duelo y superar la pérdida porque piensan que hacerlo significa olvidar o dejar de querer a la persona fallecida. Nada más alejado de la realidad. A través del duelo puedes sanar tu corazón dolido. Esto de ninguna manera implica deshonrar al ser querido, quien siempre tendrá un lugar especial en tu corazón.

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