Sobrevive a tu familia política

Vida 11/04/2017 05:00 Víctor Jiménez Actualizada 05:04
 

La relación con tu familia política puede generar tensiones al interior de tu pareja. Ya sea porque no los aceptas, los criticas; o bien, porque no coinciden en opiniones, formas de ver la vida, valores o creencias. Si te sientes invadid@ también genera dificultades. Para llevar una relación cordial con tu familia política, toma en cuenta estas sugerencias:

Comenta sólo si piden tu opinión. Esta es una regla básica, no sólo con relación a la familia política, sino en todas tus relaciones. Si en algún momento deseas opinar respecto a algún tema espinoso, primero pregúntales si quieren oír tu opinión. Si la respuesta es “sí”, adelante, tienes su autorización, así que no pueden acusarte de ser metiche. Si la respuesta es “no”, abstente de hacer cualquier comentario. Respeta sus decisiones. Aplícalo también con tu pareja en todo lo relacionado con su familia. Pregúntale si quiere tu opinión antes de emitirla. Nunca critiques a la familia política. Son los familiares de tu pareja, desacreditarlos puede ser doloroso para él/ella y ser generador de resentimiento.

Respeta sus costumbres. Tu familia política tiene sus propias creencias, una particular dinámica y visión de la vida. No pretendas que actúen, sientan o piensen como tu familia. Sus tradiciones, convicciones y hábitos no son mejores ni peores. Simplemente son diferentes. Aceptar esto te ayuda a verlos con mayor comprensión. Tu tarea consiste en revisar tu tendencia al control. Queremos imponer en los demás nuestra forma de actuar, pues siempre creemos que es la mejor. Pero aquí no se trata de si una es mejor que la otra, sino de entenderse y construir una relación amable y cordial. Recuerda, mientras ustedes dos estén juntos, su familia y la tuya estarán presentes en su vida.

Pon límites. No permitas a los familiares políticos interferir en decisiones exclusivas de la pareja. Uno de estos temas es el de casarse, tener hijos, vivir en una casa u otra, cómo educar a los niños. Puedes pedir o escuchar sus consejos, pero al final serán tú y tu pareja quienes decidan sobre estos asuntos. Poner límites no tiene por qué ser violento. Amablemente puedes hacerle saber a tus suegros o cuñados que valoras sus opiniones y las tendrás en mente cuando tomes una decisión. Es esencial dejar esto en claro: la decisión final es de ustedes.

Dosifica el contacto con las familias. Para tu compañer@, su familia es importante. Aun si preferirías hacer algo más, visitarla juntos o convivir con ellos en eventos será necesario e inevitable. Convivir con la familia del otro es un acto de generosidad de parte de ambos. Equilibren el tiempo invertido en cada una de las familias, así se pueden evitar muchos problemas, pues cada uno podrá disfrutar de su familia de origen, a la vez que goza de la compañía de su pareja. Ceder un poco (no siempre ni totalmente) en cuanto a los deseos del otro es un acto de amor. Defender tu derecho a estar con tu familia, de buena gana, también es un acto de amor hacia ti.

Hagan un frente común. En algunas ocasiones, debido a conflictos dentro de la familia, tratarán de convencerte de que te pongas de su lado y en contra de tu pareja. Tu apoyo debe ir siempre hacia él/ella. Pero en realidad, es mejor no interferir en estos asuntos. Puedes escucharlos y opinar (sólo si te las piden), pero no tomar partido, y mucho menos en contra de tu compañer@. Dale su lugar en tu vida como parte de la familia que han creado. Con hijos o sin ellos, casados o no, vivan juntos o separados, siguen siendo una familia. También pídele que te dé tu lugar y, sobre todo, hazle ver a sus familiares que están juntos para apoyarse mutuamente. Finalmente, evita contarle a tu familia política cuestiones íntimas, desacuerdos, diferencias, sobre todo después de una pelea. No esperes ni intentes que se pongan de tu lado en conflictos entre ustedess. Eso no va a ocurrir. Ellos siempre estarán de su lado y es natural que así sea. Facebook.com/vjimenez67

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