La lucha contra la apatía

04/03/2014 03:30 Víctor Jiménez Actualizada 02:29
 
“Hay tantas cosas por hacer que he ido dejando para después”, escucho decir a mis pacientes. Ellos, como muchas otras personas, dejan cosas sin acabar o posponen el inicio de un quehacer: hacer una solicitud de trabajo, ir al médico para una revisión o levantarse temprano por la mañana.
 
Ellos lo saben, lo más difícil es comenzar, pero una vez que lo hacen se sienten muy bien y esto los motiva a continuar. Así es, hay que empezar ya, y para darte un empujón, te presento dos estrategias propuestas por una investigadora y un escritor interesados en el tema de la postergación.
 
 
UTILIZA EL TEMOR A TU FAVOR.   La Dra. Heidi Grant, psicóloga social especializada en la ciencia de la motivación, propone un tipo de motivación basado en la previsión. El método consiste en concentrarse en conservar las condiciones de vida favorables. Por ejemplo, sabemos que el sobrepeso puede provocar hipertensión e incluso diabetes. Si quieres mantener tu estado de salud, lo conveniente es hacer ejercicio e iniciar una dieta. De acuerdo con la Dra. Grant, la mejor manera de dejar de aplazar estas medidas es pensando en todas las malas consecuencias de postergar el ejercicio y el régimen alimentario.
 
A esto es a lo que me refiero cuando digo que utilices el temor a tu favor. Seguramente has visto cómo algunas personas se activan después de recibir la noticia de que su salud está en riesgo, que podrían perder su trabajo o caer en una fuerte depresión si no hacen eso que han estado postergando. Entonces, utiliza el miedo al deterioro de tu salud, para entrar en acción. Sé que tener en mente las posibles pérdidas no es una sensación grata, pero funciona.
 
OBLÍGATE A ACTUAR. Una de las causas más frecuentes para retrasar la acción es la falta de ganas. A menudo, “no puedo” en realidad quiere decir “no tengo ganas” o “no se me antoja”, es decir, “no quiero”. Si pretendes dejar de postergar debes comenzar por ser honesto contigo mismo.
 
No hagas mucho caso a lo que sientes, simplemente actívate, sin darte la oportunidad de caer en la apatía del “no tengo ganas”. “¿Quién dice que tienes que esperar a tener ganas de hacer algo para iniciarlo?”, dice el Dr. Olvier Burkeman, autor de El antídoto. No permitas que tu estado de ánimo te impida seguir con tus planes y lograr tus objetivos. No necesitas estar inspirado para comenzar a pintar esa pared que tanto has pospuesto, ni para iniciar ese negocio de cocina que tanto te interesa.
 
Quienes han sobresalido en sus respectivas áreas del conocimiento lo saben. Tchaikovsky, el gran compositor ruso, pensaba: “La inspiración es un huésped que no visita de buena gana al perezoso”. Pablo Picasso, el gran artista español, decía que la inspiración existe, pero que tiene que encontrarnos trabajando.
 
 El prolífico inventor estadounidense Thomas Alva Edison solía decir que “el genio es uno por ciento de inspiración y noventa y nueve por ciento de transpiración”. Con frecuencia los terapeutas les “prescriben” a sus pacientes con depresión leve una buena dosis de actividad, ya sea caminando en el centro comercial o exponiéndose a algo nuevo.
 
Esto es porque, al activarse, dejan de pensar en lo que tanto les aflige y se distraen de sus pensamientos obsesivos, mejorando su estado anímico. Es una prescripción porque es como un medicamento, lo deben tomar sin importar si sabe bien, si les gusta o si tienen ganas de tomarlo o no.
 
No hay que pensárselo mucho. Sólo hay que actuar. Preguntarte “¿por qué tengo que trabajar cuando otros no lo hacen? No es justo” no te ayuda a ir a la acción. Y ¿quién dijo que la vida es justa? Deja de quejarte y sólo hazlo.
 
Escríbeme: [email protected]
Google News - Elgrafico
Temas Relacionados
motivación

Comentarios