Deja de morderte las uñas

Vida 01/11/2016 05:00 Víctor Jiménez Actualizada 05:09
 

Morderse las uñas es una conducta inconsciente en la mayoría de los casos. Este comportamiento puede tener repercusiones como riesgo de infección y desgaste prematuro de los dientes. Aun así, no muchos buscan una solución a esta conducta, resultado de la falta de control de impulsos (lo que hace el cuerpo cuando está estresado de forma instintiva), un mal hábito y ansiedad.

La ansiedad puede provocar muchos tics y malos hábitos. Morderse las uñas es uno de los más comunes. La onicofagia, el término médico para “morderse las uñas”, es una manera de reaccionar al estrés y la tensión. Así que si te muerdes las uñas, es muy probable que sea por ansiedad y que esta forma de lidiar con la tensión haya creado el mal hábito.

Para dejar de morderse las uñas es necesario concentrarse en dos aspectos: el cambio de hábitos y la ansiedad. Así que hay que romper el hábito y aprender a manejar la ansiedad.

Ambas intervenciones son necesarias, una sin la otra no ayudan a dejar atrás la onicofagia.

En esta ocasión, nos concentramos en la primera fase: el rompimiento del hábito. Aunque al poner en práctica estas ideas, también observarás sensaciones relacionadas con la ansiedad.

7 estrategias para romper el mal hábito:

Hazte consciente de cuando lo haces. Para esto debes hacer un esfuerzo especial, pues los hábitos son conductas inconscientes y automáticas. Pon especial atención a los momentos en que lo haces, por ejemplo, mientras ves televisión, antes de un examen, después de hablar con una persona, cuando estás aburrid@ o enojad@. Haz una anotación cada vez que descubres algo útil acerca de tu conducta no deseada.

Permanece atent@ a lo que sientes. Nota los pensamientos y sentimientos que tienen lugar mientras te muerdes las uñas. Recuerda que se trata de convertir lo inconsciente en consciente. Particularmente nota si tus sensaciones corporales indican ansiedad: sensación de desagrado general, tensión, preocupación, sudoración, boca seca.

Mantén un registro de tus avances. Toma fotografías de tus manos con el teléfono cada tres o cuatro días. Descubrir que has mejorado, aunque sea al mínimo, puede ser muy alentador.

Apóyate en los demás. Al hacer del conocimiento de alguien más tu intención, te comprometes aún más. Pide a las personas de confianza a tu alrededor que te hagan saber cuando estás mordiéndote las uñas. Así, poco a poco, irás haciendo consciente lo inconsciente.

Utiliza la tecnología. Programa recordatorios/alarmas en tu teléfono para que suenen cada dos horas, o como lo creas necesario, o cuando  sabes que tiendes a caer en el mal hábito.

 Sustituye malos por buenos hábitos. Una de las claves para cambiar hábitos es sustituir la conducta indeseada con una conducta que sea incompatible con la anterior.

Aquí hay algunas ideas:

Mascar chicle. Dale a tu boca algo con que “jugar”, algo que morder.

Poner las manos en los bolsillos. Esta es una técnica de distracción y evitación. Jugar con una pelota o con una liga. A veces tus manos simplemente necesitan algo con que jugar. Distráete de la tentación de morder tus uñas. Teje pulseras con hilo haz algo manual como jugar con rompecabezas. O bien, aprieta una pelotita anti-estrés de hule. Apretar las manos una contra otra, entrelazadas.

Utiliza recordatorios visuales. Pinta tus uñas de un color intenso o usa un brazalete que te recuerde el objetivo de dejar de morderte las uñas. Estos recordatorios te ayudan a dejar de actuar de manera automática.

 

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