Por Irma Gallo
Recientemente, dos mamás me escribieron con la misma inquietud: han estado observando cambios de conducta en sus hijas y les preocupa que puedan estar siendo víctimas de abuso sexual.
Lo primero que quiero decirles a esas dos mamás, a las que prometí que trataría el tema en la columna, es que no soy profesional de la salud mental, pero siempre investigo a fondo lo que ustedes me piden para poder darles respuestas lo más adecuadas posible.
NO SÓLO MUJERES
Ahora bien, partamos de una premisa importante: no sólo las niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual; también, y con mucha frecuencia, los hombres. Aunque, según la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, nueve de cada 10 víctimas son mujeres, los varones también la sufren, y lo peor es que como ellos han sido educados para ser los fuertes, los que nunca se quejan, los que no deben llorar, suelen callar con más frecuencia que las mujeres.
EL ABUSADOR
En la familia o en el colegio. En la abrumadora mayoría de los casos (60% de los casos en 2014, según la Unidad de Periodismo de Investigación de El Universal), ocurre a manos de un familiar o conocido cercano, lo que hace mucho más difícil para los menores denunciar porque piensan (y a menudo es cierto) que no les van a creer.
SIGNOS DE ALERTA
Tanto en los casos de niños y niñas como de adolescentes de ambos sexos, hay que poner mucha atención si nuestro hij@ tiene cambios en el apetito, come mucho o muy poco.
Tiene cambios violentos y repentinos en el estado de ánimo: puede estar muy contento y de pronto cabizbajo, enojado, sin motivo aparente.
Duerme mal por la noche y en cambio toma largas siestas durante el día.
Si se trata de niños pequeños (de hasta 10 años, por ejemplo), si se hace pipí en la cama, sobre todo cuando ya lo había logrado controlar.
Se aísla, se muestra apático: no quiere salir ni hacer las cosas que antes le gustaban, como ir al cine con los amigos, practicar algún deporte o una actividad artística, etc.
¿Qué debo hacer si observo uno o más de estos comportamientos?
Primero, platica con tu hij@. Pregúntale qué está pasando y dile que puede contar contigo, que es la persona más importante en tu vida y que le vas a creer por encima de otras personas.
Si te dice que, efectivamente, fue o es víctima de abuso sexual, dile que lo primero que tienen que hacer es llevarlo a un médico para que lo revise y le procure la atención que necesita, por ejemplo, anticoncepción de emergencia en caso de las mujeres, pruebas de papiloma humano y VIH. Convéncelo que él o ella no tiene la culpa de esta situación, pero que sí es muy importante atenderse para evitar que las consecuencias sean aún mayores.
Lléval@ con un especialista en salud mental que determine si necesita terapia o algún otro tipo de tratamiento psicológico. Esto es muy importante, sobre todo si observas signos de depresión, ya que pueden llevarlo a atentar contra su vida.
Sobre todo, recuérdale siempre cuánto l@ amas y qué tan importante es para ti.
