¿Debo comprarle un smartphone?

ZONA G 13/11/2016 10:15 Redacción Actualizada 10:15
 

Por Irma Gallo

Cuando mi niña me pidió un celular, mi primera reacción fue decirle que no. Tenía 10 años y pensé que era muy pequeña para hacerse responsable de un aparato que, para empezar, no es nada barato.

Luego su papá le compró su primer celular (y sí, era un smartphone) a los 11 años. No quedé muy contenta con la decisión, pero tampoco dije que no, porque así podía mantener contacto directo con ella cuando se quedaba con su papá los fines de semana, sin tener que marcarle directamente a él.

Ahora que ha entrado a la secundaria y se la pasa pegada al smartphone (chateando por WhatsApp, viendo videos musicales o hasta series completas y fotos en Instagram) empecé a dudar otra vez si esto no le estaba haciendo mal.

Tampoco quiero ponerme en la posición de satanizar el uso de las tecnologías y sobre todo, las de la comunicación; la verdad es que poder comunicarme con mi hija casi en cualquier momento (menos cuando está en clases) me tranquiliza. 

Creo que no podemos negarles totalmente a nuestros hijos el acceso a una tecnología cada vez más extendida y con beneficios probados y que, aún sin nuestro conocimiento, terminarán usando, incluso en la escuela. Pero aún así me puse a investigar y encontré varias consecuencias negativas del uso de los smartphones en niños. Aquí las comparto con ustedes.

Según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares 2016 del Instituto Nacional de Estadística de España, 50.9% de los niños de 11 años en ese país ya tienen un celular, y la proporción crece hasta el 93.9% entre los de 15 años.

La decisión es tuya. La decisión es de ustedes, mamás y papás. Yo sólo puedo sugerirles que si han decidido, como yo, comprarle un smartphone a sus hijos, para poder localizarlos y sentirse seguros, entonces limiten el tiempo de horas al que estén expuestos a esta tecnología: no más de dos al día.

También recuerden supervisar qué ven en la red, quiénes son sus contactos, con quién chatean. No recomiendo que los menores de 18 años tengan Facebook, y si tienen Instagram, que mantengan su cuenta privada.

Los contras de su uso

Por otra parte, Vilma Medina, directora del sitio guiainfantil.com, enumera algunas razones por las cuales no es recomendable que los niños pequeños tengan un smartphone y/o que pasen muchas horas “conectados” a este y otros dispositivos como las tabletas electrónicas.

1. La exposición excesiva a las tecnologías puede acelerar el crecimiento del cerebro de los bebés entre 0 y 2 años de edad, lo que se asocia con la función ejecutiva y déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y falta de autocontrol.

2. El excesivo uso puede limitar el movimiento y con ello el rendimiento académico, la alfabetización, la atención y las capacidades.

3. El sedentarismo que implica el uso de las tecnologías puede causar obesidad. 

4. Dificultades para conciliar el sueño, que eventualmente afectarán su rendimiento académico.

5. Algunos estudios comprueban que el uso excesivo de las nuevas tecnologías está relacionado con un aumento en las tasas de depresión y ansiedad infantil, trastornos de vinculación, déficit de atención, trastorno bipolar, psicosis y otros problemas de conducta.

Otras consecuencias negativas son conductas violentas y adicción.

En otro artículo, publicado en El País, Olivia Solon cita a la doctora María Lu, quien dirige la Clínica de Control de Miopía en la Escuela UC Berkeley de Optometría, en California. La especialista afirma que la introducción muy temprana de dispositivos móviles en niños aumenta la miopía.

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