Forma mujeres empoderadas

Al día 08/04/2018 13:59 Actualizada 14:00
 

“No quiero casarme ni tener hijos”, me dijo Camila, mi hija adolescente. Y en seguida, me soltó: “Quiero ir a estudiar a Corea”. Me dio mucha alegría que me dijera esto, así que le respondí que tenía que estudiar mucho y ser valiente para poder aspirar a una beca que le permita ir a estudiar a un país tan lejano, porque ni su papá ni yo podremos pagarle estudios en el extranjero.

Camila se entusiasmó y prometió “echarle los kilos” al estudio, pero me respondió que lo valiente ya lo tiene. Yo, mamá preocupona, le dije que aunque sea una niña segura de sí misma (lo cual amo de ella y trato de alentar cada día) es necesario hacer un plan de vida para que todo salga mejor. ¿Cómo?, me preguntó; y para responderle le pongo algunos ejemplos:

Mi hermana Valeria (su tía), que desde que éramos niñas dibujaba y dibujaba mucho, tal vez inspirada en mamá y nuestro abuelito Pedro. A Vale no le importó que hubiera gente que le dijera que de eso no iba a sobrevivir (nunca se lo dijeron mis papás, eso sí), y decidió estudiar Diseño. Hoy es una reconocida ilustradora que publica varios libros al año y la invitan a dar conferencias en París y en Pontevedra, España, y además es miembro del Sistema Nacional de Creadores del Arte.

Mi prima Catalina (su tía en segundo grado), que perdió a su mamá cuando apenas era una niña, por lo que su papá (mi tío Enrique) tuvo que cuidarlos a ella y a sus dos hermanos como si fuera mamá y papá. Cuando creció, Caty (que así le decimos en la familia) decidió estudiar medicina para aprender a curar a la gente y que ya no muriera, como su mamá. Hoy es una médica muy reconocida que emigró a Canadá y viaja por todo el mundo, dando conferencias.

Celia Cruz (no fue nuestra pariente), fue una niña pobre en La Habana, Cuba, que amaba cantar y ganó un concurso de canto. Sin embargo, su papá la quería obligar a estudiar para maestra, pero ella se opuso con todas sus fuerzas y para demostrarle a su papá que iba en serio se inscribió en el Conservatorio Nacional de Música. Estudió muy duro, tan duro que cuando la Sonora Matancera buscó una cantante la contrató a ella… Y el resto es historia: Celia Cruz fue una de las cantantes más importantes de música cubana en todo el mundo.

Pauline Leon (tampoco fue nuestra pariente) fue una niña francesa, de padres trabajadores, a la que le indignaba ver que los ricos, los miembros de la realeza y del alto clero vivían con grandes privilegios, mientras que en la mesa de muchos, como su familia, no había comida todos los días. Aunque entonces estaba muy mal visto que una mujer se involucrara en política, cuando Pauline tenía 21 años participó en la toma de La Bastilla, con lo que dio inicio la Revolución Francesa.

¿Qué hay qué hacer, entonces? Me preguntó mi hija. Trabajar muy duro por lo que quieres”, le contesté. “No dejar que nadie te diga que porque eres mujer tu destino es tener hijos y dedicarte al hogar (a menos que eso sea lo que tú y sólo tú deseas de verdad) o que no estudies esto o lo otro porque de eso no se vive o ese es un trabajo para hombres.

Quiero creer que mi Camila luchará por lo que desea y no se rendirá. Quiero pensar que nada la detendrá en su búsqueda de la felicidad, porque, a final de cuentas, de esto se trata el tema del empoderamiento femenino: de hacer todo lo necesario para convertirnos en mujeres plenas, seguras, productivas, felices y resilientes.

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