Vive, lo cuenta y ayuda a otras

La roja 26/06/2018 05:18 Actualizada 10:55
 

Por Ignacio Ramírez

Su agresor la golpeó sin compasión. Los puñetazos le desfiguraron el rostro, “por suerte” —dice— perdió el conocimiento cuando fue violada, mirar la muerte tan de cerca le cambió la vida y desde entonces decidió ayudar a otras víctimas como ella.

Se trata de Esther Vivar, madre de dos hijos y residente de la colonia Vicente Villada, en Nezahualcóyotl, quien fue atacada cuando se encontraba sola dentro de su departamento el mediodía del jueves 4 de febrero de 2016.

“Me azotó contra el piso, perdí el conocimiento, me desmayé, no recuerdo muchas cosas, a la vez eso es bueno; sólo recuerdo que me defendí, lo empujé y fue en ese momento cuando me golpeó más fuerte”, recuerda la víctima.

Cuando sus hijos volvieron de la escuela al atardecer de ese mismo día, encontraron a Esther  ensangrentada e inconsciente en su recámara; fueron ellos quienes pidieron ayuda y fue hasta ese momento que llegaron las ambulancias y patrullas.

A dos años de los hechos, Esther no olvida el rostro del responsable, al que halló buscándolo por su cuenta en Facebook, y resultó familiar de los vecinos que alquilaban el departamento de abajo de donde vive.

También descubrió que trabajaba en una purificadora de agua cerca de su casa, pero no recuerda haberlo visto antes, mucho menos haber cruzado palabra con él. Hasta el día de hoy, Esther desconoce las causas reales del ataque. 

Como en la mayoría de los casos, el camino en busca de justicia ha sido tortuoso y revictimizante. La Ministerio Público no acudió a tomarle la declaración de inmediato, arguyendo que no tenía el parte policíaco, pese que debió seguir la investigación de oficio. 

Cuando por fin se inició la denuncia, 12 días después y por intervención de la Comisión de Derechos Humanos, fue por lesiones y no por intento de homicidio, lo que facilitaría la salida del responsable.

Por si fuera poco, cuando el agresor fue identificado, hace casi un año, sus familiares y un abogado le ofrecieron a Esther arreglar el caso con dinero.

“Querían llegar a un acuerdo porque les preocupaba el futuro de su familiar”, detalla ella, quien se negó y pidió que lo entregaran porque cree que no fue la única víctima.

En carne propia comprobó que las acciones del Gobierno del Estado de México para atender a las víctimas son sólo un discurso, ya que no recibió ni apoyo ni protección; pero lejos de darse por vencida, decidió ayudar a otras como ella mediante la agrupación “Mujer Salud”.

“Voy al Hospital La Perla y veo a las víctimas, y te das cuenta de niñas con uniformes desgarrados, golpeadas, agredidas, violadas y de eso no se saca nada a la luz”, asegura.

En “Mujer Salud” tratan de atender psicológicamente a quienes son víctimas de agresiones, porque según Esther, es lo que más hace falta como medida de apoyo.

De forma paralela, Esther trata de  que los servidores públicos omisos sean castigados por la Inspección General de las Instituciones de Seguridad Pública del Estado de México; ella sigue buscando justicia ahora para otras.

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