Para su familia, Norma aún vive

La roja 04/09/2018 05:18 Actualizada 11:22
 

IGNACIO RAMIREZ

Norma Dianey desapareció en el trayecto del trabajo a su casa a principios de este año; aunque hay dos detenidos que declararon haberla mutilado, no han hallado sus restos; por lo que, para su familia, la mujer sigue viva.

Norma Dianey García García es la segunda de tres hermanas, una chica hogareña y muy cariñosa, preocupada siempre por su familia, fan de la banda y del cantante español Enrique Bunbury.

La joven de 24 años trabajaba en una tienda Coppel sobre la Calzada Ignacio Zaragoza, de donde a diario salía a las 20:00 horas y tras una hora de camino —atravesando Neza por la avenida Carmelo Pérez—, retornaba a su casa en Chimalhuacán.

La rutina se rompió la noche del 15 de enero pasado. A las 20:40 horas, su madre, Lourdes García, comenzó a preocuparse ante el inusual silencio en su teléfono, pues Dianey siempre le informaba cada punto de su trayecto.

Ni rastro

El último en verla fue uno de sus compañeros que viajó con ella en la combi con destino a la avenida Bordo de Xochiaca, pero él bajó antes.

Esa noche ha sido la más larga para sus padres, llamaron a cada uno de sus compañeros y amigos para preguntar si alguien sabía de ella.

A primera hora del siguiente día, su familia fue a la tienda donde laboraba; ahí, su novio respondió que él había salido una hora antes y no la había visto; entonces acudieron a CAPEA y después  regresaron para informar la situación al gerente del lugar.

“En ese momento, a mi esposo le llegaron cinco mensajes pidiendo un rescate: cinco depósitos de 100 mil pesos a un número de cuenta”, relató la madre.

Hay culpables

Con esa información, la Fiscalía General de Justicia  del Estado de México aprehendió a dos extorsionadores, padre e hijo, que  declararon que subieron a la joven a un auto, la violaron, mutilaron y tiraron los restos por el rumbo de Acolman,  de donde son residentes.

También dijeron que contactaron a Dianey por Facebook, pero Lourdes lo duda y aunque ha pedido a las autoridades ministeriales revisar el perfil de su hija, se han negado.

“Dicen que no pueden meterse al Facebook,  que no pueden hacer nada hasta que haya un rastro de una llamada; vamos tres veces a la semana con el Fiscal, nos dice que  trabajan en el caso, pero no hay avances”, señala Lourdes.

Han pasado siete meses y cada día sin saber su paradero es un martirio para su familia, quienes la consideran viva hasta no ver sus restos.

“Las autoridades no hacen nada, dicen que no hay noticias ¿por qué no son humanos, no tienen hijos, no tienen una pareja? Para nosotros mientras no haya cuerpo, mi hija vive y la esperanza es lo último que muere”, dice Lourdes. 

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