Víctima de agresor exige justicia a juez

La roja 29/05/2018 05:18 Lydiette Carrión Actualizada 10:36
 

“Las mujeres víctimas de violencia saben que no es fácil exponernos. Nos da muchísimo miedo. No lo podemos ni siquiera aceptar, que fuimos esa mujer golpeada. Ni en el caso de violencia doméstica, aceptar haber sido golpeada por alguien a quien le entregaste tu intimidad, tu cariño, lo más íntimo y sagrado que tenemos. Es sumamente doloroso, sin embargo, tenemos que hacerlo, porque sólo venciendo el miedo, este país va a cambiar”. Así lo explica Marce León, sobreviviente de intento de feminicidio. 

El 29 de octubre de 2011, Jorge Ignacio Cervantes invitó a su ex pareja, la escritora Mar León, a su casa, en la delegación Tlalpan. Cuando Marce llegó, el tipo la encerró. Luego la golpeó, se subió encima de ella, le dijo que iba a matarla. Y se lo repitió varias veces: “¡Voy a matarte!”.

Pasaron así más de cinco horas, entre golpizas y amenazas, hasta que en un descuido, Mar logró pedir ayuda y ser rescatada.

Las consecuencias del ataque fueron perforación intestinal (que casi la mata y le tuvieron que cortar centímetros de intestino), desprendimiento de retina, edema y hemorragias cerebrales, fracturas cervicales y de costillas. Hasta la fecha, ella tiene secuelas, y cargará con ellas toda la vida. 

Marce denunció, se le practicaron los peritajes físicos que daban constancia de la golpiza que casi la mata; narró los hechos a las autoridades del entonces Distrito Federal.  Fue entonces que “inició  mi pesadilla porque empezó la victimización por parte de la justicia mexicana. Yo  inocentemente pensé que podíamos lograr justicia por la buena”. No fue así. 

En cuanto Jorge Ignacio supo que había sido denunciado y había orden de aprehensión contra él por el delito de lesiones calificadas, se escapó. Incluso, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal colocó su ficha de identidad en su lista de “los más buscados”. 

El acusado estuvo prófugo dos años, hasta que fue detenido por una carambola del destino: la que entonces era su novia publicó en Facebook que Jorge Ignacio inauguraría una exposición fotográfica en la Federación Mexicana de Charrería. Así, la policía finalmente lo detuvo el 28 de agosto de 2013. 

Pero estuvo en el Reclusorio Sur únicamente una semana. El juez Alberto Ruvalcaba reclasificó el delito de lesiones calificadas a lesiones “simples”. Así que “el más buscado” de la procu quedó en libertad y se volvió a fugar. 

“Ese fue uno de los días más tristes de mi vida, porque además lo dejó salir en la noche”. 

Todos los delitos “están probados desde la averiguación previa, todos esos delitos los cometió contra mí; sin embargo, el juez decidió que no era un delito grave. Y nunca se clasificó como un intento de feminicidio”.

OTRA VEZ LIBRA EL BOTE. Apenas en septiembre del año pasado, Jorge Ignacio fue detenido nuevamente. Pero el 15 de noviembre, dos meses después, lo liberó Santiago Ávila Negrón, el mismo  juez que entorpeció la libertad bajo fianza de Yakiri Rubio, quien en 2014 fue víctima de agresión sexual y se defendió de su agresor. 

“Cada vez que pasa esto (cada que lo liberan), yo recibo un nuevo golpe. Todo regresa: el estrés postraumático, las pesadillas, los miedos”, explica Marce. 

Para el 15 de enero de 2018, el magistrado Arturo García Salcedo revocó la libertad bajo caución, pero para entonces Jorge Ignacio ya se había fugado. 

Paradójicamente, el 7 de marzo pasado el juez Ávila Negrón liberó dos órdenes de arresto contra Marce y una de sus testigos, porque “no se presentaron a un citatorio”. Pero de éste, “ni siquiera me enteré, ¡ya que el juicio está supendido!”. 

En el ínter, Jorge Ignacio interpuso una orden de amparo. Por estas fechas se decidirá si Jorge Ignacio vuelve a ser detenido o queda en libertad. 

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