Acusan feminicidio en 'muerte' de Mafer

La roja 05/06/2018 05:18 Tanya Guerrero Actualizada 05:24
 

Contrario a lo que las autoridades del Estado de México aseguran, para la familia de María Fernanda, su muerte debió ser tipificada como un feminicidio y no como suicidio asistido, debido a los antecedentes  de violencia física, económica y emocional de los que era víctima por parte de su pareja.

Su dicho lo respaldan con las versiones de sus amigos. Uno dice que cuando María Fernanda salía a las reuniones acompañada de su novia, ésta la “jaloneaba” y le decía: “Cómo te gusta que me humillen, si vienes conmigo te quedas conmigo y está prohibido saludar de beso”.

Otro más cercano,  declaró que el día que fue con ellas al súper, la pareja de “Mafer” señaló unos cuchillos y le dijo: “Mira, Fernanda, cómpralos, para que cuando me dejes o me engañes con estos te mate”.

Con esos antecedentes, el 18 de abril de 2014, dos meses después de mudarse con esa mujer y justo el día que decidió abandonarla, a María Fernanda la encontraron en la casa en donde vivía con su pareja, suspendida de la protección de una ventana, a 1.75 metros del piso, siendo que la joven media 1.70 metros de alto. 

No sólo la forma en la que fue hallado el cuerpo tambalea las leyes de la lógica, sino también la actuación de las autoridades del Estado de México para esclarecer la muerte de la maquillista de 25 años.

La relación entre “Mafefifo” y su pareja, una comerciante de Tepito, comenzó en agosto de 2013, y a partir de ese momento Silvia, la madre de Fernanda, miró  cómo progresivamente la personalidad de su hija y la comunicación que había entre ella y su familia se desvanecían.

“Antes, mi hija era muy luchona, dicharachera; cambió a ser callada, distraída, pensativa. Llorosa de repente”, comenta la mujer de 62 años, quien ubica a la pareja de Fernanda  como una persona agresiva y posesiva.

Incluso, en varias ocasiones fue testigo de las discusiones que las dos tenían y cómo afectaban éstas a su hija.

ROMPIMIENTO. Un día Fernanda se cansó del maltrato físico y emocional, de las ofensas, groserías, prohibiciones y constantes amenazas a manera de chantaje de su pareja; ese mismo día, cuando la mujer le dijo: “Muerta de hambre, no sirves para ni madres”, la joven regresó con maletas a la casa de sus padres. 

Ésa fue la última vez que Silvia la vio. Llorosa pero aliviada cuando le contó  que después de discutir, esperó a que su pareja  se fuera de la casa para hacer las maletas y escapar. 

Le dijo que después de trabajar iría con sus amigos a “festejar” su rompimiento y que si se le hacía tarde, se quedaría a dormir con uno de ellos. María Fernanda nunca regresó. Dejó de contestar el teléfono y fue hasta la siguiente noche que tras varios intentos de su papá para comunicarse con ella, un hombre le dijo que su hija había tenido un accidente y que necesitaban ir al Ministerio Público de San Agustín, en Ecatepec.

Silvia y su esposo llegaron solamente para identificar el cuerpo de Fernanda. Calificado como suicidio asistido, la tipicación de la causa de muerte y todo el esclarecimiento de la misma dejan ver inconsistencias durante la investigación realizada por las autoridades del Estado de México.

Omisiones como el examen toxicológico que no se realizó a la pareja, ni a su hermana, presuntamente implicadas en la muerte de Fer, a quienes por cierto ese mismo día las dejaron ir, custodiadas por agentes del Ministerio Público. 

El médico legista no practicó la necropcia protocolaria, ni asentó las cortadas en el antebrazo y en el cuello de María Fernanda que pudieron develar la gravedad del hecho. 

Y lo peor, según su familia, es que en el expediente consta que a esa agencia del MP se presentaron dos hombres: un supuesto tío y padre de la víctima, cuyos nombres Silvia no reconoce. “A mi hija la mataron. Creo que esta persona llegó a la casa, vio que María Fernanda no estaba y como sabía dónde trabajaba y dónde vivía, fue a buscarla. La convenció y mi hija volvió a caer, se van al departamento y empiezan a discutir, la ahorcó y después montó toda la escena”.

Después de cuatro años, la pareja de Fernanda se presentó por primera vez a declarar; hace un año, el cuerpo de la joven fue exhumado e inhumado dos días después, lo que confirma las aseveraciones de la familia: el caso fue cerrado sin tener elementos jurídicos veraces de investigación.

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