Descuartizó a su padrastro

15/10/2015 12:17 Actualizada 12:17
 

La policía bancaria María del Socorro despertó alrededor de las 4:00 de la madrugada. La noche anterior se quedó dormida en el sillón de la sala y al dirigirse a la recámara que compartía con su pareja sentimental y laboral, Jaime Gámez Castro, no lo encontró.

Lo buscó en el baño y el patio de la casa, que aún está en construcción. El frío la obligó a regresar al interior de la vivienda, ubicada en Cerrada de Allende, en la colonia Lomas de San Sebastián, municipio mexiquense de Los Reyes La Paz.

María del Socorro miró el reloj y se dio cuenta que era la hora en la que regularmente se bañaban y alistaban para asistir a sus labores de vigilancia en el Centro de Tratamiento para Menores Infractores en Conflicto con la Ley, en la delegación Tlalpan.

Cuando María del Socorro se dirigía al baño se encontró de frente con su hijo Kevin Felipe, de 17 años, a quien le preguntó si había visto a Jaime. Su respuesta la sorprendió: “Lo maté y lo hice pedacitos”.

Notó sangre en su ropa y una herida en sus manos. Al darse cuenta que su hijo no bromeaba, fingió que el comentario no le había importado y regresó a su recámara. Ahí le marcó a su media hermana Alba, pidiéndole que la ayudara y le enviara una patrulla.

Eran las 4:20 horas cuando ella se puso una chamarra, tenis y tomó las llaves de la casa. Después salió corriendo y cerró la casa con llave, dejando solo a Kevin, pues su otra hija, Valeria, de 13 años, había dormido en casa de unos tíos.

La agente María del Socorro buscó una patrulla de la policía municipal y volvió llamar a su hermana para contarle lo que su hijo le había dicho y que ella no puso en duda.

Minutos antes de las 5:00 horas regresó a su domicilio acompañada de seis elementos de la Policía Municipal, quienes sometieron a Kevin. En una habitación en construcción —en el segundo nivel— fue encontrado el cadáver desmembrado del elemento de la PBI, quien tenía 38 años y 15 de pertenecer a la corporación.

Lo sorprendió mientras dormía. Aparentemente el adolescente sorprendió a su víctima mientras dormía y le realizó un corte en la garganta que lo privó de la vida. Después lo decapitó, seccionó partes de su cuerpo y le arrancó la piel del tórax.

Aunque el adolescente se negó a declarar, su madre dijo que él y su pareja sentimental no llevaban una buena relación. De los tres años que el policía bancario llevaba viviendo con ellos, tenía uno en que ellos no se dirigían la palabra, pues su hijo no estaba de acuerdo con su relación. 

Un hermano del agente fue el encargado de reclamar sus restos en el anfiteatro de la Procuraduría en Neza. El adolescente enfrenta proceso penal en un juzgado para menores. 

 

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