Con alas de libertad, recorre el mundo

Al día 27/09/2016 05:00 Tanya Guerrero Actualizada 08:13
 

No somos  eternos y por eso nos queda recorrer la grandiosidad del mundo. Conocer nuevos lugares. Mirar a los ojos a otras culturas. Viajar.

Esta mujer, de 62 años, respira libertad y desde muy joven ha hecho de su vida una gran travesía. Su corazón late al ritmo de la libertad, porque Dulce María Mejía Pérez nació con un espíritu aventurero.

Conoció su primer destino como estudiante de inglés. Sin pensar que podría volverse realidad, se postuló junto con sus amigas para una beca de estudios en Inglaterra que ganó. Dulce tenía 19 años. “Siempre he sido muy dinámica. Eso me ha acompañado toda la vida y mucho se me desarrolló allá”, comenta María al recordar las dificultades que tuvo al vivir en un país, cuya lengua no dominaba por completo.

Compartía la habitación con una estudiante japonesa con la que comenzó a comunicarse con señas hasta que ambas aprendieron inglés.

Apasionada de los idiomas, dominar la lengua inglesa y más tarde aprender francés, fue su segundo destino. Algo que décadas más tarde le ayudaría a conseguir un empleo con el que otros  sólo podían soñar.

“Hablar distintas lenguas me gusta porque puedes comunicarte con otras personas y conocer su mundo. Para mí fue muy importante la experiencia que tuve allá”.

Vivió en Gran Bretaña tres años, preparándose para certificarse en la lengua y estudiando hotelería. Sin embargo, la situación política del país no le abrió la puerta para permanecer más tiempo y decidió regresar a su país natal.

Antes de mandar cartas para ser contratada en el Hotel Sheraton de México, Dulce recorrió, junto con sus padres, varios países europeos antes de volver a casa.

Con el tiempo, una amiga le conseguiría una plaza como secretaria bilingüe del gerente del aeropuerto de Eastern Airlines, con lo que comenzó su carrera como asistente para varias empresas de este tipo con las cuales viajó a distintos lugares del mundo.

Caracterizada por su buena suerte, Dulce María sigue recorriendo el mundo y de la mano de su nueva pareja ha realizado el sueño de conocer la riqueza cultural de nuestro país. “A veces, si te aventuras, llegas a buenos destinos con buenos y malos finales. La vida es así. Lo importante es querer hacerlo”.

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