Repara su vida entre máquinas

Al día 30/03/2017 05:00 Actualizada 05:10
 

Armando Martínez

A Rey David un torno le cercenó su mano izquierda, pero no le arrebató la pasión de trabajar entre las máquinas, oficio que aprendió desde los 16 años.

Fue en enero del 2012, hace ya cinco años, cuando el suéter que lo protegía del frío, quedó atorado en un juego de engranes y al soltarse la cadena del fluido de aceite, intentó colocarla sin detener el torno y su extremidad quedó prensada.

En la ambulancia, camino al hospital para ser atendido, a David nadie le dijo de la gravedad de su lesión, pero él ya sabía que la suerte no estaba de su lado. La espera para ser intervenido duró tres días y la operación llegó demasiado tarde,  por lo que la mano le fue amputada.

Al salir del hospital, Rey David era otro. Lo sintió porque tuvo que enfrentar las dificultades de vivir con una discapacidad. “Antes con mi hijo de 9 años jugábamos muy rudo y al tener esta condición tuve que cambiar la dinámica con él, lo que al principio fue frustrante, porque ya no podría hacer las cosas que hacía antes”, comenta.

Sin embargo, ser padre de tres mujeres y un pequeño fue un aliciente en su vida. Hoy, a sus 49 años, ese capítulo no lo aleja de su pasión. En su casa  habilitó un pequeño taller donde sigue manejando un torno y se dedica a su profesión de técnico de maquinaria y herramienta.

Pero, como no sólo de trabajo vive el hombre, Rey David tiene otra pasión: el futbol. 

“Soy portero del club Los Guerreros Aztecas, es un equipo de amputados, donde entreno martes y jueves. Mi sueño es poder llegar al Mundial de Futbol de Amputados en Rusia en el 2018 y quiero ser parte del equipo que represente a esta gran minoría de discapacitados en México".

Su coraje al jugar lo hizo destacar entre sus compañeros y su desempeño en el campo de juego fue la ventana por la que los representantes de la empresa EON lo contactaron para donarle una prótesis que lo ayudara a mejorar su calidad de vida. 

Dicha pieza vale diez veces menos que una convencional, además de ser más funcional, según sus creadores, y más cómoda. “Para  David se decidió donar esta prótesis por dos cosas, la primera con la intención de ayudarlo; y la segunda, difundir el trabajo de la empresa mexicana EON, comprometida con causas sociales”, menciona Érick Ramírez, un ingeniero desarrollador de la empresa.

David sabe que su vida jamás será la misma, que enfrenta nuevos retos, pero asegura que la vida no se acaba, por lo que está dispuesto a vivirla con la convicción de que la única discapacidad está en la mente.

 

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