Le echa los kilos a su carrera

Al día 28/04/2016 05:00 Astrid Rivera Actualizada 05:00
 

Una ciudad futurista donde haya coches que vuelan y cero contaminación y las personas puedan viajar a precios accesibles y sin limitaciones, a eso sueña Gamaliel. No son sueños pasajeros imposibles de cumplir, Gamaliel Cervantes Moreno ha comenzado a trabajar en las bases que lo posicionarán al frente de un proyecto para crear vehículos que se conviertan en aviones, o al menos en eso piensa cada vez que ingresa a sus clases para ser ingeniero mecánico eléctrico. 

Ya han pasado cinco semestres desde que Gama, como le dicen de cariño, comenzó la carrera en el Tec de Monterrey y cada día se apasiona más con la posibilidad de acercarse a su meta. 

El camino no ha sido fácil, Gama tiene sordera y ninguna de las clases está diseñada para personas con discapacidad;  su madre Ana Lilia le ayuda a interpretar las cátedras con Lengua de Señas Mexicana (LSM).

Ana Lilia ha tenido la misión de que sus dos hijos, Gamaliel y Nabiri, ambos con sordera, estudien y terminen una carrera. Para ello, se turna y asiste a clases de preparatoria y de ingeniería, incluso ya inventó con sus hijos señas para palabras que no tienen traducción en LSM. 

"No hay señas para palabras tan específicas como se utilizan en la física, juntos vamos inventando y haciendo neologismos", comenta el joven de 23 años. 

A su edad y con la discapacidad auditiva, Gama ha entendido que tiene que luchar para cumplir sus metas y combina su ingeniería con su trabajo como conductor de Uber. 

A bordo del taxi, Gama se esfuerza para conseguir dinero y apoyar con los gastos de la casa, además, tiene que pagar el financiamiento educativo que cubre gastos escolares que la beca no solventa.

"Me esfuerzo mucho para que me paguen, la economía es complicada, mientras espero pasajero hago mi tarea, es difícil", comenta Gama con señas que su madre ayuda a traducir. 

Si hay un obstáculo al que se enfrentan todas las personas con discapacidad es la discriminación, Gamaliel no es la excepción. 

Aunque en la escuela cuenta con el apoyo de sus compañeros, sus maestros y su madre, en el trabajo ha tenido que soportar comentarios agresivos que le dicen que una persona sorda no es apta para conducir un vehículo. 

"Yo soy muy cuidadoso, sé usar los mapas, me afecta un poco que digan eso de mí, pero hay muchas personas que me apoyan y prefiero quedarme con eso", dice.

Gamaliel es ejemplo para muchos de sus compañeros, es un joven que tiene claros sus objetivos, que se esfuerza en cada clase para estar al nivel de los demás, que disfruta de su trabajo y tiene la seguridad para comunicarse con la gente con su tableta o con lápiz y papel.

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