Con la fuerza en el corazón

Al día 10/03/2016 05:00 Astrid Rivera Actualizada 05:00
 

Más de 100 fracturas han marcado los huesos de  Leonardo, pero no han quebrado su resistencia, que a pesar de las caídas se mantiene firme.

 Leonardo Andrade  tiene osteogénesis imperfecta, enfermedad mejor conocida como "huesos de cristal", por  la que  debido a la falta de colágeno los huesos se debilitan y no soportan algunos  golpes o caídas .

Para él, caminar es un reto y lo ideal sería evitarlo, porque hasta un pequeño tropiezo   lo llevaría al hospital con una fisura o en el peor de los casos una fractura que requeriría una operación. 

A pesar del temor a sufrir daños, Leonardo sale de casa todas las mañanas y con ayuda de una silla de ruedas se transporta a su trabajo, en el que logró colocarse en agosto de 2015. 

"Son apenas seis meses, pero gracias al Indepedi (Instituto para la Integración al Desarrollo de las Personas con Discapacidad) conseguí la plaza, me dieron la oportunidad de desarrollarme y poder ayudar a otras personas", comenta. 

El destino de Leonardo dentro de la delegación Miguel Hidalgo ha sido orientar y brindar ayuda; primero en el área de apoyo a personas con discapacidad y ahora en el área de adicciones.

"En Adicciones implementamos programas de apoyo para prevenirlas  y combatirlas. Me gusta ayudar a los jóvenes, platicar con ellos y demostrarles que no todo está perdido", asegura Leo.

En su oficina, todos los compañeros lo reciben con gusto. Leonardo es una persona llena de luz que roba sonrisas y contagia energía; admiración y respeto es lo que sienten al ver su entereza. 

Sus huesos son de cristal, pero su espíritu de hierro. Más de 15 veces ha entrado al quirófano para salir con partes reparadas o piezas nuevas y cada vez que es dado de alta empieza una nueva lucha. 

“Lo más difícil de esta enfermedad son las fracturas. A veces has logrado muchos avances y sientes que estás arriba, luego una caída y tienes que volver a empezar o podrías quedar imposibilitado", lamenta.

Leonardo, nunca se ha sentido como una persona con discapacidad. Desde pequeño, sus padres evitaron tratarlo de forma especial, "mi hijo no está mal", argumentaban cuando lo inscribían en escuelas regulares. 

La palabra discapacidad no existe en el vocabulario de Leo. Sí, tiene huesos de cristal, pero también tiene sueños por los que debe luchar y esa es su prioridad.

El objetivo de Leonardo es fundar una empresa donde pueda poner en práctica sus estudios sobre Diseño Gráfico. Sus ojos brillan cuando habla de la posibilidad de ejercer su carrera.

Desde hace dos años, una persona se ha unido a él y a sus sueños, es su novia Guadalupe a quien conoció en la fundación Angelitos de Cristal y con quien planea vivir en pareja próximamente. Ambos padecen osteogénesis imperfecta, pero no tienen miedo de intentarlo, al contrario, están emocionados. 

Las fracturas que antes llegaban por montones ahora han disminuido gracias a las precauciones que han aprendido a tomar y eso les permite moverse  de un extremo a otro, él en Miguel Hidalgo, ella en el municipio de Nicolás Romero, todo para encontrarse y poder estar juntos.

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