Me prende el amigo de mi novio

Sexo 21/09/2016 05:00 Actualizada 18:43
 

Hola mis chulas y chulos, hoy quiero, además de platicarles el relato, que me den su punto de vista. ¿Alguna vez han sentido ese inexplicable deseo por acostarse con el amigo de su pareja? En algunos casos, son los hermanos, primos o alguien cercano a ellos.

No es un deseo por sostener una relación, simplemente un acostón y ya. Una vez, para quitarnos la duda de encima.

Así como a nosotros nos ha pasado, hay veces que notas que a tu pareja se le desborda por los poros el deseo de estar con una amiga tuya, pero jamás te lo dicen, ni tú a ellos. No tiene nada que ver con las experiencias swinger.  Sólo son esas ganas incontrolables de hacerlo, que no vuelva a suceder nada y el tema simplemente no se toque para seguir en una vida cotidiana.

Llegué a sentirme culpable oyendo comentarios de quienes me decían que jamás habían sentido la necesidad de estar con otro hombre. Al admitirlo crees que la gente te va a juzgar o con  tu pareja la relación podría tambalearse. Con el tiempo aprendí que a muchos nos pasa, pero pocos lo decimos.

Hace un tiempo tuve una pareja estable, vivía con él y todo estuvo bien, hasta que mi deseo sexual bajó; intentamos nuevos juegos, pero con ninguno me prendía.

Pasaron varias semanas así, hasta que nos reunimos con un amigo de mi pareja; cuando lo vi mi cabeza voló y comenzó a fantasear, logrando que me humedeciera. Me saludó, nunca había reparado  en su manera tan efusiva y sensual de hacerlo, ya no sabía si me estaba imaginando todo o él siempre había sido así y apenas estaba captando las señales.  

Durante toda la noche nuestras miradas se cruzaron y rápidamente me volteaba para disimular lo obvio. Mi novio se emborrachó, así que me tocó ser su niñera. Fastidiada por tener que cuidarlo, decidí que era hora de irnos, lo ayudé a subir al carro y el amigo me interceptó en la cajuela y me preguntó si necesitaba ayuda. Mis fantasías volvieron y le dije no. Lo esquivé, era demasiada tentación.

Llegamos a la casa y no pude con el peso de mi novio, así que lo dejé en el carro. Iba a bañarme cuando tocaron, me envolví en una bata y salí a atender, y era él. Su excusa fue que se había quedado preocupado; yo le dije que estábamos bien. No lo dejé entrar, aunque mi cabeza estaba llena de ideas, pero ese no era el momento, si algún día pasaría algo ese era el día menos indicado, porque sentí que era una manera abusiva de hacerlo.

Cerré y sentí cómo me escurría la vagina. Fui al baño, comencé a meterme los dedos pensando en él. No era suficiente, busqué entre mis cosas y encontré un desodorante alargado, le puse un condón y comencé a masturbarme. Me lo metía rápido, ya lo necesitaba; con las piernas abiertas,  lograba lamérmelas para después masajeármelas. Tuve un orgasmo, pero no podía dejar de tocarme, movía rápido mi clítoris. Soñé con él.

Les recuerdo que pueden escribirme a [email protected]. Nos leemos la próxima semana.

Google News - Elgrafico

Comentarios