Gracias a la vida

Deportes 21/10/2016 05:00 El Hijo del Santo Actualizada 05:02
 

 Ahora que  festejo  34 años como luchador profesional podría escribir páginas y páginas enteras de anécdotas, luchas, recuerdos y   viajes. 

Sin embargo,  hoy sólo quiero compartir con ustedes mi gratitud con Dios y a la vida por tantas  bendiciones que he recibido desde el momento en que nací y durante estos 34 años de carrera; desde aquel día en que mi padre me propuso ser el continuador de su leyenda, en 1982. 

Así, hasta ahora, he disfrutado al máximo cada momento de mi trayectoria, que da inicio cada vez que cubro mi rostro con esta emblemática máscara plateada para convertirme en El Hijo del Santo, ya sea en un ring, en un set de cine, frente a un micrófono en la radio,  conviviendo con el público en una firma de autógrafos o en la grabación de un programa de televisión, como “Experiencias”. 

Créanme que es una bendición disfrutar todo lo que hago siendo El Hijo del Santo. Amo y respeto a este personaje desde que tengo uso de razón y me siento sumamente orgulloso de no haber defraudado a mi padre, quien confió en mí y me eligió para ser el encargado de continuar con  su brillante legado. 

Tampoco  los he defraudado a ustedes, estimados amigos aficionados.

A pesar de que nada ha sido fácil y han existido muchos obstáculos en el camino, he logrado superarlos. 

Lo más importante es haberlo celebrado arriba de un ring y luchando, como el pasado domingo 16 de octubre en la ciudad de Oaxaca. Este año el mejor regalo fue compartir esquina con mi hijo. ¿Saben lo que eso significa para mí?  ¡No puedo estar mejor bendecido!

Luché con Santo Jr. y Luz Clarita (por cierto muy buen elemento) en una emocionante y excelente batalla  en la que vencimos a Silver King, El Hijo del Dr. Wagner y Tony Cisneros Jr. El cálido público oaxaqueño abarrotó la Arena Pepe Cisneros. 

Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras. 

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