Sufren por su ausencia

26/11/2013 03:00 Lydiette Carrión Actualizada 18:26
 

Laura Cecilia Rosas recibió una llamada desde un teléfono público mientras trabajaba en una estética, alrededor de las 8:25 de la noche del miércoles 13 de noviembre.—Habla una compañera de su hija, para decirle que ella me pidió que le dijera ya no quiere regresar a su casa.

—¿Quién habla?, respondió Laura Cecilia, madre de Diana Paola, una niña de 14 años que nunca antes había dado problemas. Del otro lado de la línea la misma voz respondió: “No sé, pero no me la estoy vacilando” y colgó. En casa de Leslie, la mejor amiga de Diana Paola, los tutores de la niña recibieron una llamada similar.

Esa misma noche, los padres de Diana Paola trataron de interponer una denuncia por la desaparición de su hija en el MP de Milpa Alta II. El agente que los atendió les dijo que debían pasar al menos 48 horas, a pesar de que la desaparecida es menor. Finalmente, al día siguiente en Capea les dijeron que esto último era mentira, ya que en casos de menores no es necesario esperar 48 horas. Sin embargo, la Alerta Amber tampoco fue activada.

Los padres de Diana Paola reconstruyen la tarde del miércoles, la última vez que vieron a su hija, una niña morena, muy alta para su edad, que alcanza 1.75 centímetros. Ese día, la niña pidió permiso para meterse a Facebook y preguntar a sus compañeros por una exposición que debían hacer en equipo. Dejó la computadora abierta. Así se enteraron los padres que para ponerse de acuerdo sobre la exposición se quedó de ver con su mejor amiga Leslie a la una de la tarde, ya que asisten al turno vespertino, enfrente de la escuela secundaria de Tecómitl, Milpa Alta.

Preguntando, supieron que varios de sus compañeros las saludaron en el lugar referido al filo de la una de la tarde. También, que alguien dijo haberlas visto el jueves —un día después de la desaparición— en los alrededores de la escuela.

Pocos días antes de ese miércoles, Diana Paola y su mamá estaban planeando la fiesta de XV años que tendría lugar el siguiente año. Al inicio, la adolescente no quería fiesta. No quería bailar vals ni nada que se le pareciera. Tampoco quería vestido ni una fiesta tradicional. Pero la señora Cecilia, como sabía que a su hija le gustaba la cultura del Anime y los Otaku, le hizo una propuesta.

—¿Por qué no haces una fiesta en la que todos vayan disfrazados de algún personaje de Anime?

—Es buena idea mamá. No se me había ocurrido.

Diana Paola estaba emocionada por la fiesta y continuaba buscando parafernalia del Anime que le gusta, la serie Naruto. También se interesaba por la serie estadunidense “The Walking Dead”. Pero los días anteriores a la desaparición, la adolescente había cambiado; se notaba un poco retraída. Incluso comenzó a dejar su celular en casa.

Ahora, la señora Cecilia está preocupada por partida doble: no sabe dónde está su hija, no entiende por qué se fue y si se encuentra bien, y su esposo está enfermo.

NO MÁS VIOLENCIA DE GÉNERO

El 25 de noviembre es la fecha elegida por diversos organismos internacionales, gobiernos y asociaciones para hacer visible la violencia de género. Se trata de hacer visibles las diferentes formas en que se manifiesta dicha violencia, la impunidad de los agresores, impulsar una cultura de prevención desde la infancia y hacer un homenaje a las víctimas de la violencia de género. La ONU escogió este día ya que el 25 de noviembre de 1960 las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal fueron asesinadas por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo, en República Dominicana. Este suceso y el rechazo que suscitó en la sociedad marcó el inicio del fin del régimen trujillista.Este año, este espacio ha registrado los feminicidios de Bianca Edith Barrón Cedillo (14 años), Bárbara Reyes Muñiz (16 años), Maricarmen Estrada Tinoco (23 años), Karina Martínez Ruiz (15 años), Georgina Ivonne Ramírez Mora (21 años) y Martha Karina Torres Jorge (19 años).

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