¿Un astronauta en la zona arqueológica de Chiapas?

Al día 11/08/2018 11:58 Yohanan Díaz Vargas Actualizada 11:58
 

La zona de Palenque en Chiapas, tiene uno de los enigmas más importantes de la antigüedad. 

Al interior del Templo de las Inscripciones, se encuentra la tumba del Rey Pakal, descubierta en 1952 por el arqueólogo Alberto Ruz, pero que para los amantes y defensores de la teoría de los “antiguos astronautas”, su losa fúnebre ha creado diversas opiniones.

Sus símbolos, que tienen una antigüedad según los investigadores de 1,300 años, han sido interpretados y dados a conocer como un “astronauta” por diversos investigadores y escritores, entre ellos, Erich Von Däniken que, desde un principio, apoyó la hipótesis de que era un artefacto volador y que se representaba a su tripulante.

(Foto: Archivo El Gráfico)

En la década de los 60’s, la NASA encontró 16 coincidencias entre ese grabado y el módulo de mando de una cápsula espacial, donde se puede observar una especie de aparato que serviría como respirador. En la parte delantera, se ven botones y palancas. Una parte que llama la atención, es la que se podría interpretar como el cabello sin gravedad, es decir, como si fuera un astronauta sin casco.

En la parte inferior de la losa, se distingue lo que se podría interpretar como unas llamas hechas por el aparato.

Otra de las características que llevó a considerar a los investigadores de que en realidad estaban ante un misterio muy importante, fue que el esqueleto encontrado tenía 1.70 metros, lo que para muchos es la prueba de que son de un ser de otro mundo, ya que el tamaño normal de los mayas era de 1.50 metros.

(Foto: Archivo El Gráfico)

En esta zona, hace unos meses pude entrevistar a algunos de los vigilantes de la zona arqueológica, quienes no desearon ser identificados, ya que afirmaron que en diversas ocasiones han sido testigos de la presencia de extraños objetos voladores muy luminosos del tamaño de una pelota de tenis, que deambulan por la zona arqueológica.

Se tratan de objetos que van a baja altitud y velocidad, que estarían muy cerca de las construcciones Mayas, pero que no han tenido oportunidad de entablar comunicación con ellos, ya que cuando se dan cuenta de que alguien las ésta observando o están cerca de ellas, desaparecen entre la selva. 

Historias que se repiten constantemente en diversas zonas arqueológicas y que sus testigos son tanto especialistas del lugar, como los turistas.

Hay que recordar que dentro de las leyendas de esta cultura tan importante, se cuenta de los dioses que descendieron para enseñar diversas artes a los lugareños.

(Foto: Archivo El Gráfico)

Algo que nos comentó el reconocido investigador, Carlos Briones fue “eran los dioses que tenían una especie de alas que descendían de los volcanes cercanos, ya que habitaban en su cráter, y que cada que los lugareños necesitaban alguna ayuda, y a través de ciertos rituales, ‘ellos’ descendían para ayudar”, conocimientos que también han sido interpretados de las estelas que se encuentran en la zona arqueológica de Izapa al sur, Chiapas.

Algunos de los arqueólogos aseguran que esto es sólo parte de una mala interpretación que ha servido para confundir a las personas sobre el pasado glorioso de nuestro país, pero debe de quedarnos muy claro que hay muchos enigmas que están todavía por conocerse y explicarse.

La Reina Roja deslumbra en la CDMX

El Museo del Templo Mayor de la CDMX muestra en estos días, una exposición que ha sobrecogido a miles de visitantes. Se trata del ajuar funerario de la Reina Roja de Palenque, esposa del mítico Pakal. Este hallazgo constituye un hito de la arqueología mexicana y estuvo mucho tiempo en restauración.

En 1994, el arqueólogo Arnoldo González encontró su tumba en el edificio XIII de Palenque. Su cuerpo estaba cubierto de rojo cinabrio –de ahí el nombre de la Reina Roja, ya que la cubrieron con este elemento porque es el color de la sangre, fuente de la vida- y ataviado lujosamente.

(Foto: Archivo El Gráfico)

Gracias a estudios científicos y a la revisión de registros epigráficos, expertos llegaron a la conclusión de que el cuerpo pertenecía a Tz’ak-b’u Ajaw, esposa de Pakal; aparece como su consorte en diversas inscripciones halladas en Palenque y tuvo varios hijos con el rey, dos de los cuales también fueron gobernantes: K’inich Kan B’alam y K’inich K’an Joy Chitam.

La Reina Roja falleció un 13 de noviembre del 672 y todos los objetos que le acompañaban en su tumba aluden al viaje al Xibalbá, el destino final tras la muerte según las creencias mesoamericanas. Entre los objetos que se exponen en el Templo Mayor encontramos un tocado de jadeíta, concha y caliza. También una diadema, orejeras y un collar de jadeíta, propios de la nobleza maya y una capa con 170 pequeños discos de este material. Quizá la pieza más impresionante es la máscara funeraria, formada por 110 teselas de malaquita, 2 de obsidiana y 4 de jadeíta.

La exposición “La Reina Roja. El viaje al Xibalbá” puede visitarse en el Museo del Templo Mayor hasta el 9 de septiembre.

(Foto: Archivo El Gráfico)

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