En Latinoamérica durante décadas se han dado a conocer casos Ovni con avistamientos, aterrizajes, estrellamientos de objetos voladores anómalos, casos de contactados con extraterrestres y desde luego, han sido diversos investigadores del fenómeno Ovni, quienes han expuesto a la sociedad que no estamos solos en el Universo y que formamos parte de un gran vecindario cósmico.
Sin embargo, esto no los puede llevar a considerar que “ellos” son el tema, que por “ellos”, los Ovnis, están entre nosotros y menos aún, que el fenómeno gira entorno a “ellos”.
En nuestro país hay quienes consideran que todo lo que llegue a suceder en la República Mexicana sobre esta temática —en automático— debe de ser presentado por ellos y que por ende, tienen ya los derechos de autor, sin antes preguntar a los testigos si están de acuerdo.
Difusión es de todos
Conscientes debemos estar de que somos todos, ya sea de manera directa o indirecta, partícipes de la difusión de cada caso, de cada historia, de cada foto, de cada video y de cada testimonio que a la fecha forman parte de esta gran casuística.
Es decir, realmente no hay un dueño como tal, pero lo que sí debe de existir son personas que se dediquen realmente las 24 horas del día al tema, para que presenten una verdadera investigación que nos pueda llevar a conclusiones y entender más este fenómeno que nos deja todavía muchas interrogantes.
Afortunadamente, en este último cuatrimestre del 2016 las redes sociales nos permiten conocer los incidentes en tiempo real, el único requisito es que exista un dispositivo conectado a internet.
Esto significa que el fenómeno Ovni es de todos y ya no es necesario que se esté concentrado en un solo lugar, un solo grupo o por un solo individuo.
Los Ovnis van más allá de eso, ahora los ciudadanos —como a la largo de la historia ha sucedido— son quienes han aportado los elementos para comprender este fenómeno y la internet, su herramienta principal para dar a conocer cada uno de los incidentes donde se ven involucrados.
Un fenómeno que llama mucho la atención, pero que más allá de esto debemos de estar conscientes de que la comunidad Ovni en México no puede hacer frente a la enorme cantidad de avistamientos registrados en todo nuestro territorio.
En primera porque no hay los recursos económicos para trasladarnos a cada uno de los sitios.
En la ciudad de Tijuana en Baja California, así como en la ciudad de Lima en Perú, donde continúa la gran actividad de estos objetos anómalos, se han registrado avistamientos, lo que sugiere que ambas ciudades están viviendo una intensa “Oleada Ovni” que no se presentaba al menos desde hace una décadas.
Un tema polémico que sólo la investigación complementada con entrevistas a los testigos, a las autoridades tanto de gobierno, como del ámbito universitario, estar en el lugar de los hechos, así como un cotejo con un buen archivo sobre este tópico nos llevará a darle una respuesta a cada uno de los casos.
Por lo que hago la invitación a los investigadores, estudiosos e interesados en el tema de los Ovnis a trabajar como un solo equipo privilegiando la información que se va desarrollando en cada uno de nuestro lugares de origen para estudiarla y darla a conocer.
