El asesino de Facebook

La roja 21/04/2017 05:00 Ricardo Ham Actualizada 05:05
 

Steve circulaba por la ciudad a bordo de su auto, mil cosas pasaban por su cabeza, se agolpaban como si cada una quisiera ser el principal problema del conductor, lentamente daba vuelta al volante, era como si deseara avanzar sin llegar nunca a ninguna parte, observaba los rostros de los demás, gente que sonreía y trataba de pasarla bien, en sus rostros había una extraña combinación de tristeza y esperanza, algo que simplemente Steve no podía comprender, e incluso llegaba molestarle.

Para él las cosas habían llegado a un punto determinante, su vida laboral y amorosa eran un verdadero calvario, la suerte lo había dejado y el amor estaba por desvanecerse, no podía pensar con esperanza, la desesperación lo acompañaba al volante. Se detuvo un instante y suspiró profundamente, había tomado una decisión y deseaba compartirla con el mundo, tomó su teléfono celular e inició una transmisión en vivo, no sabía exactamente cuántas personas lo verían pero él deseaba comunicarles algo, muy en el fondo lo hacía pensando en que  su ex pareja lo viera y sintiera tanto dolor como él. 

Steve anunciaba en el video que su vida era muy miserable y la única forma de poder cambiarla era matando  a cuanta persona pudiera. Bajó del auto y enseguida se entrometió en el paso de un anciano, le pidió que gritara el nombre de su ex novia, el viejo con el miedo en la voz obedeció pero pareciera que hubiese invocado a la muerte, un disparo terminó con su vida e inició los homicidios de Steve Stephens, el asesino de Facebook.

Los homicidas seriales comúnmente comienzan su sanguinaria carrera cuando algún factor de su cotidianidad se ve alterado, puede ser que sea despedido de la empresa donde estuvo laborando durante años, que sus ahorros se hayan terminado, que la cafetería donde acostumbraba desayunar haya cerrado y un largo etcétera que se alimenta en la mente de cada criminal.

Steve Stephens pasaba por un momento muy deprimente en su vida, el abandono al que fue sometido por su novia pudo ser el factor que detonó su sed asesina, al rompimiento se le sumó que no le había ido nada bien últimamente, la empresa donde laboraba no lo valoraba como él creía merecer, estaba en quiebra, todo sus ahorros los había arriesgado y perdido en las apuestas, simplemente había tocado fondo.

Algunas personas salen delante de las adversidades, pero Steve no supo valorar sus opciones y decidió convertirse en un peligroso delincuente, más aún, lo avisó al mundo usando las redes sociales, de inmediato fue bautizado como el “Asesino de Facebook” al elegir dicha red social, no solo para anunciar, sino para transmitir sus homicidios en vivo. 

En la primera transmisión que realizó, indicó que su vida no tenía sentido y había tocado fondo, advirtió que estaba por iniciar una carrera homicida, en la segunda emisión se le observa disparando a quemarropa a un anciano desconocido para él, aunque después se sabría que su nombre era Robert Goodwin, de 74 años de edad.

El asesino de Facebook estuvo prófugo alrededor de tres días, no se sabe a ciencia cierta si hubo más asesinatos aunque el propio Steve asegura haber cometido 12 en total, fue localizado por las autoridades norteamericanas tras una llamada donde alertaban la presencia de un auto sospechoso en el estacionamiento de una tienda de hamburguesas, las patrullas acudieron al llamado iniciando una pequeña persecución que acabó con el suicidio del homicida de la red social. 

 

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