Asesinos seriales de gays

La roja 19/01/2018 05:18 Ricardo Ham Actualizada 05:25
 

Entre 1991 y 1993, el periodista Víctor Ronquillo documenta en el libro “La muerte viste de rosa”, el homicidio sistemático de 13 homosexuales en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; de acuerdo a lo señalado por el escritor, las investigaciones policíacas se encaminaron a la fabricación de culpables, al ocultamiento y manipulación de pruebas para desviar el camino de las averiguaciones, para que nunca detuvieran a los verdaderos culpables.

El sur del país también se vio escandalizado por la aparición en Yucatán, de Alfredo Aguilar Can, alias “El Bunga”, señalado en la década de los 90 como el homicida de 5 homosexuales de la zona maya. Según notas periodísticas, la primera víctima de Alfredo Aguilar fue un modisto de origen cubano llamado Rigoberto Chaviano León. 

A Aguilar Can se le atribuyen los asesinatos de Jorge Carlos Pizarro Barrera, en 1993; Hernán May Magaña, en 1995; Nicolás Manuel Hoil Canto, en 1997, y del actuario judicial, Arcadio Francisco Balam Noh, también en 1997, además del de Chaviano León, en 1996.

Otro caso en el sur del país es el de Miguel Ángel Amaro, quien cumple una sentencia de 34 años de cárcel por el homicidio de cuatro homosexuales en el estado de Colima. Amaro fue encontrado culpable de asesinar a un catedrático del Instituto Tecnológico Regional de Colima, cuyo cadáver fue encontrado en enero de 2001 en su domicilio particular; la muerte fue ocasionada por estrangulamiento. Una constante en estos casos, fue que las víctimas fueron encontradas atadas de pies y manos con una cuerda enredada alrededor del cuello.

Por versiones de prensa se sabe que el modus operandi de Ángel Amaro consistía en contactar a sus víctimas durante las noches en el jardín Núñez de Colima, posteriormente se trasladaban al domicilio de su víctima, una vez ahí amordazaba y amarraba a su presa mientras robaba sus pertenencias para después estrangularlo.

El centro del país aparece César Gutiérrez, acusado y detenido por el homicidio de siete homosexuales ocurridos en Tlalnepantla, Estado de México, en el periodo comprendido entro 2007 y 2009. El modus operandi de Gutiérrez es muy similar al de otros homicidas de gays: los agresores buscan contratarse como sexo servidores y una vez a solas con la víctima, la atacan para robarlas y asesinarlas, César Gutiérrez llama la atención al ser el homicida con más víctimas homosexuales  en su haber.

En la Ciudad de México, y como resultado de las investigaciones realizadas por la Agencia Federal de Investigación y la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, de la Procuraduría General de la República, fue detenido el 23 de enero de 2006 en el Distrito Federal el secuestrador y homicida Raúl Osiel Marroquín Reyes, "El Sádico". 

Las investigaciones que llevaron a la detención de Marroquín  iniciaron el 30 de noviembre de 2005, con la denuncia del secuestro de un empleado de una televisora, por quien exigían 120 mil pesos. Sin embargo, el cuerpo de esta persona apareció el 9 de diciembre de ese año en las inmediaciones del Metro Chabacano. 

El sádico, aseguró que hizo un bien a la sociedad al elegir como sus víctimas a  jóvenes homosexuales a quienes secuestró y asesinó. Al menos cuatro personas fueron ahorcadas por este joven y sus cuerpos abandonados dentro de maletas, halladas durante el mes de diciembre de 2005 en diversos puntos de la Ciudad de México. 

Este asesino serial aseguró que aunque no tenía nada contra los homosexuales, para él era fácil elegir este tipo de víctimas al frecuentar bares y restaurantes de la Zona Rosa. 

El modus operandi del asesino serial y secuestrador, consistía en contactar a hombres jóvenes con quienes entablaba amistad y cuando obtenía la confianza de sus víctimas los invitaba a un hotel. Ahí, Marroquín Reyes interrogaba a sus acompañantes para saber si contaban con recursos económicos y en caso de no tenerlos eran liberados, en cambio los que disponían de dinero, eran llevados con engaños al departamento del homicida, donde eran sometidos, ultrajados y asesinados.

A finales de 2017 en Nuevo León, fue detenido un joven de 22 años de nombre Alan, se le señaló como el responsable de al menos tres homicidios en contra de homosexuales a quienes contactaba en los bares gay de Monterrey, los acompañaba a sus departamentos donde los estrangulaba utilizando el cable de algún aparato electrodoméstico.

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