El llamado caso de La Mataviejitas, es una de tantas historias que conmocionaron a la sociedad, y sirvió como arma de linchamiento político para exhibir las carencias e ineptitudes de los servicios policiales, mientras que a la prensa roja, la exhibió como una de las menos originales al momento de ponerle motes a su figuras criminales.
El caso Juana Barraza conmocionó a una Ciudad de México que no estaba acostumbrada a presenciar persecuciones de asesinos seriales, muchas muertes y varias semanas tras el responsable de la muerte de al menos 30 ancianos, convirtieron a la homicida en serie en un acontecimiento único en la prensa nacional.
Como es costumbre estos tipos de casos, fueron abordados después desde la literatura, el cine y la ciencia.
Cuando se combinan un escándalo policiaco, un asesino mediático, un guionista avaricioso y una productora urgida de ventas, dan como resultado auténticos bodrios como los videohomes de GMC, dirigidos por Miguel Marte que graba con poca eficiencia la cinta “La Mata – Viejitas” realizada en tan sólo dos locaciones, actores sobreactuados, disfraces de fiesta de primaria y diálogos sin sentido que intentan (sin lograrlo), tejer lo hilarante del videohome con la historia real de Juana Barraza.
No podían faltar las penosas secuencias en que la protagonista (Claudia Calderón) aparece adorando a la Santa Muerte, maltratando a sus hijos, disfrazada de luchadora y seduciendo al galán en turno (Eleazar García), además de la aparición del siempre efectivo personaje del detective privado venido a menos y su clásica escena de acción y balazos. El videohome es tan pobre que lo mejor del mismo es la aparición del malévolo luchador “Hijo del Solitario”.
Mención aparte merece la pésima sátira realizada al Maestro Bernardo Batiz, la cual es más causa de enojo y pena ajena que de repudio y burla contra el ex procurador.
Por otra parte, la Secretaría de Seguridad Pública realizó el documental “La dama de los silencios” bajo la dirección de Paulo Correa, justo un año después de su detención; Juana Barraza, mejor conocida con el poco creativo mote de “La mataviejitas” es el centro de un documental de carácter oficialista presentado por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, más como un autohomenaje a la propia secretaría, que como un documento de interés público. De hecho, el documental ha sido muy poco exhibido de manera abierta y solo se tiene acceso a él tras un largo proceso burocrático que incluye muchas llamadas telefónicas sin respuesta y varios días de espera.
Basado principalmente en demasiadas entrevistas a funcionarios, subprocuradores, y, obviamente, a los policías que tuvieron la fortuna de capturar a la asesina en serie, “La dama de los silencios”, nos muestra todo el proceso por el cual se logró la “poco oportuna” captura de Juana Barraza”, desde el inicio de las sospechas de que un homicida de ancianas andaba suelto por la ciudad, hasta el operativo “Parques y jardines”, aplicado por el subprocurador Renato Sales, que a final de cuentas derivó en la captura de la asesina de mujeres de la tercera edad, sin olvidar, la creación del “retrato hablado tridimensional” que resultó ser sorprendentemente parecido a la propia ex luchadora profesional.
El documental, que inicia con la confesión entre lágrimas de la mismísima “Dama del silencio”, exhibe los estudios psiconeurológicos aplicados a la homicida por parte de la Dra. Feggy Ostrosky, que ponen en evidencia la forma poco común en que trabaja la mente de Juana Barraza, así como sus reacciones ante impulsos emocionales desagradables y armoniosos.
Basados en la vida de Juana Barraza han aparecido dos novelas: El blues de la Mataviejitas del efectivo cronista Víctor Ronquillo; y Muerte lujuriosa del Maestro Antonio Sánchez Galindo, editado por el prestigioso Instituto Nacional de Ciencias Penales, que también publicó “El nudo del silencio” del criminólogo Martín Barrón, que representa un excelso documento para todo aquel interesado en la ciencia del comportamiento.
