Del campo al paladar, con sabor a limón

24/11/2014 23:12 Elizabeth Palacios Actualizada 23:13
 

E s un deleite entrar en el pequeño local de la calle Atlixco número 13, en el lado más tradicional de la colonia Condesa. Cada detalle está cuidado; las frutas y verduras frescas y coloridas son acomodadas en canastas o baldes de madera que dan un toque que te acerca al campo.

El deleite continúa cuando puedo obtener los beneficios antioxidantes de las zarzamoras, las guayabas, los arándanos y las espinacas juntos en una deliciosa bebida fría que me devuelve la energía. Pero el mayor placer, sin duda, es ver a su principal socio propietario explicar a la gente el origen de cada uno de los 140 productos que aquí puede encontrar.

Arturo Ocampo nació y creció en el estado de Morelos, en la tierra del arroz y la caña de azúcar. Su relación con el campo es de origen y no se debilitó mientras él estudió comercio internacional en el Tec de Monterrey.

Y es que este joven de 27 años tiene claro que todo lo que es y lo que tiene se lo debe a la tierra. El vínculo con el campo lo aprendió de su abuelo, quien durante años cultivó en los anegados campos de Jojutla el único arroz mexicano que actualmente cuenta con certificación de origen. También tuvo el ejemplo de su padre, que lo apoyó con sus estudios gracias al cultivo de caña de azúcar en los campos de Mazatepec y quien lo impulsó al ponerlo al frente de un proyecto de invernaderos.

A simple vista, Arturo no pareciera tener las manos de un campesino; sin embargo, han sido con éstas que él tuvo el máximo aprendizaje que la tierra pudo darle. En esos invernaderos, esas manos cultivaron jitomate, chile jalapeño y pepino.

Pero los estudios le ayudaron a entender que el éxito del campo tiene el mayor secreto guardado en la reducción de intermediarios, en poder cerrar el círculo y llegar al consumidor final, llevando los productos directos del campo a la mesa.

Ese es el origen del concepto de “Cáscara de Limón”, el local donde Arturo me revela la historia de los jitomates, lechugas, melones, berenjenas, mermeladas y mieles que puedo apreciar en los estantes. Arturo tiene talento, pues más que productor del campo o gerente de un establecimiento de alimentos, es un hombre de negocios.

Para él habría sido fácil simplemente dar continuidad al negocio familiar e integrarse a la producción de caña; distribuir toneladas en el país y olvidarse del consumidor final. Sin embargo, Arturo decidió que su propósito debía ser otro.

Se enamoró de su proyecto porque tenía claro que con él podría dar un beneficio a la gente. Acercar el campo a la ciudad es de por sí una oportunidad para que haya una mejor alimentación, pero “Cáscara de Limón” busca ofrecer asesoría nutricional, recetas únicas que combinen nutrientes con sabor, a un precio accesible. Aquí, además de comprar el producto crudo o sin procesar, se pueden disfrutar bebidas refrescantes, nutritivas y hasta curativas, y acompañarlas con platillos hechos con carnes como las del conejo o el pato.

Arturo define a “Cáscara de Limón” como una tienda donde la gente puede registrar e identificar cada producto desde su origen hasta su destino final. Y aunque sabe que aún no consigue su objetivo al 100%, quiere seguir en ese camino para garantizar a sus clientes la posibilidad de encontrar y “seguir el rastro”, a través de todas las etapas de producción de un determinado producto.

El país pasa por momentos difíciles, pero Arturo sabe que como joven lo que puede hacer es trabajar duro, construir redes y quizá, impulsar un cambio que genere bienestar en las personas.

 

El local

Cáscara de Limón

Tienda de alimentos 

naturales

Teléfono: 55 6729 0484 

Atlixco 13, Local B, colonia Condesa, México, D.F.

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