BOCANADA

24/02/2015 22:33 Samuel Ocampo Actualizada 03:58
 
—¿Quién es Agustín  Guerrero Castillo?.
 
—Soy una persona que desde mis primeros años, con la adolescencia, hacia los  11 años tuve contacto con la literatura de izquierda. Tenía textos que eran clásicos en aquel momento, como Máximo Gorki, la poesía de Neruda, de César Vallejo. A los 13 años llega a mi vida el primer libro de marxismo, “El manifiesto del partido comunista”, y me empieza a llamar la atención.
 
—¿Cómo llegan a ti estos libros?
 
—En el caso de la literatura, mi madre. Ella viene de la Huasteca, estudió hasta el tercero de primaria, pero siempre tuvo un gusto por la poesía particularmente y ella conservaba libros de Pita Amor, de Sabines, y tenía un libro de Pablo Neruda y quién sabe por qué, pero también tenía un libro de César Vallejo. Fue lo primero que yo leí de ellos por mi madre. Ella también tenía una novela esplendorosa que es “La Madre”, de Máximo Gorki, y fue por ella que tuve contacto, por su afición, por su gusto por la poesía. Mi madre estudió hasta tercero porque mis abuelos no tuvieron dinero para comprar los cuadernos, abandonó la escuela por pobreza, pero mantuvo  su gusto por leer. Yo aprendí a leer con mi madre, a hacer cuentas con ella, a tener sentido de la vida. Me desarrolló los sentidos. Me enseñó a dudar de la vida, a hacer de la duda un elemento de estudio.
 
—¿Quién fue tu papá?
 
—Mi papá era una persona del Bajío, de Guanajuato, fue militar, trabajaba en esos años cuando yo era adolescente en Nacional Financiera. Murió en el 73, yo tenía 13 años; entonces, quien tiene una gran influencia fue mi madre. 
 
—¿Tu profesión?
 
—Economista. Estudié en la UNAM la carrera de Economía.
 
—¿Profesas alguna religión?
 
—No.
 
—¿Crees en Dios?
 
—No. Yo tuve una formación  católica, fui al catecismo, hice la primera comunión, acudía los domingos a misa. No le encontraba mucho sentido, pero iba por el lado de mi  papá. Él era  muy católico, muy militante, y en el caso de mi madre no,  ella era como de a fuerzas. Cuando muere mi padre, se acaba esa presión. Mi madre ya no me dice hay que ir… entonces también uno comienza a hacer valoraciones… 
 
—¿Cómo te inicias en la política?
 
—El primer partido al que me afilié fue al Partido Mexicano de los Trabajadores, el PMT,  que encabezaba Heberto Castillo, Demetrio Vallejo, José Paoli Bolio (que después acabó en el PAN), el maestro José  Álvarez Icaza, Adela Salazar de Castillejos, ‘El Búho’ era el presidente  del PMT  en el DF.
 
—¿Cuál es la izquierda que tú piensas para México?
 
—La que es fiel con los valores fundamentales  de la izquierda en el mundo, que es la lucha contra la desigualdad, contra la injusticia y a favor de los derechos  y libertades de la gente. Esas son las tres razones.
 
—¿El PRD actual tiene esas tres razones?
 
No, no. El PRD ya ha perdido eso, se ha desvinculado.
 
—¿Qué es el Movimiento Progresista?
 
—Es un movimiento crítico. Es la voz crítica del PRD. Este partido vive un proceso donde una visión moderada de colaboracionismo es la dominante en el PRD, esta decisión moderada de no confrontación, de acercamiento con los gobiernos federales en turno, de ser una oposición cómoda, no beligerante. Decimos que es gobiernista porque cuando el PAN tuvo la Presidencia, ahí estaban Ortega, Zambrano, Acosta Naranjo pegados a Fox y Calderón. Ahora con el PRI,   ahí están pegados con Peña Nieto, con Osorio Chong, con Videgaray. Y si dentro de 10 años gobierna el Partido Verde, ahí van a estar.
 
—¿La Línea 12 descarriló al Movimiento Progresista?
 
—Los problemas de la Línea 12 son un invento. Yo estoy convencido, a 10, 11 meses, de anunciar el cierre de la línea, de que todo eso ha sido una maniobra para tratar de golpear a Marcelo Ebrard y sus simpatizantes. Hasta este momento, la administración de Mancera y de Joel Ortega  no ha presentado un diagnóstico que diga “el niño está enfermo de esto”, que es lo que hace cualquier doctor. Te hacen un diagnóstico y la medicina es tal. ¿Cuál es el diagnóstico del Metro que diga “ahí está el enfermo”? Se la han pasado en peritajes y esto, pero no hay un dictamen. 
 
—¿Cuál es el futuro de este movimiento  en el DF?
 
—Estamos en un proceso muy complejo.  El PRD nació criticando el ‘dedazo’ del Presidente para designar candidatos; en contraposición a eso, el PRD decidió que fuera la gente la que los elija, que nos diga quiénes son los mejores, y 25 años después, terminan ‘palomeándose’ en el Ayuntamiento las listas de candidatos al estilo de Los Pinos. Nosotros decidimos no participar con candidatos, no  estamos de acuerdo con este proceso del ‘palomeo’, porque en esta cultura del centralismo, el que pone, manda.
 
—Estuviste en el PRD con Rosario Robles, López Obrador y Cárdenas, quienes ya están fuera del partido, ¿tú te ves fuera?
 
—Eh…es un tema que estamos evaluando en lo personal y lo estamos hablando  con otros compañeros…
 
—¿Entre esos compañeros está Ebrard?
 
—Entre esos compañeros está Marcelo. Yo personalmente he llegado a la conclusión de que este PRD no tiene remedio. 
 
—¿‘Meterías las manos al fuego’ por él?
 
—No, no, por nadie. Yo nunca he sido incondicional de nadie, lo que sí hay son lealtades. Al final, el que pone a cada quien en su lugar, es la  historia.
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