LA BANQUETERA: Burros que vinieron del norte

08/01/2015 03:15 Paola Ascencio Actualizada 16:21

 

Hablar de Chihuahua es hablar de burritos norteños. Y en este lugar, escondido en la ciudad de México, se puede saborearlos. Las suaves tortillas de harina, rellenas de guisados al puro “Chihuahua style”, acompañadas de cervezas y aguas preparadas, evocan los sabores tradicionales de este estado del norte del país. Fueron Rafael Valderrama y Omar Lozano, quienes decidieron conjuntar los sabores de sus tierras de origen. 

Así, combinando los burritos típicos de Chihuahua, con los ingredientes del Distrito Federal, crearon una mezcla de más de 20 guisos y 13 salsas únicas que satisfacen el paladar de cientos de personas desde hace cuatro años.

Su nombre es “Tercos Burritos y Clamatos” y aunque el local ocupa sólo una diminuta esquina entre División del Norte y Anaxágoras, su ambiente tipo cowboy, con originales sillas en forma de columpio, bocinas tocando música norteña y platillos singulares con mucho sabor, seducen y atraen por su estilo ranchero.

Entre cuatro tipos de burritos, cinco formas de clamatos preparados y distintas aguas de sabor, su gigante menú te proporciona una variedad extensa de guisados.

Desde el “Chilli Beans”, una condimentada mezcla de frijoles con carne molida; el “Colorado” que siendo el más típico de Chihuahua te conquista con su carne deshebrada acompañada de chile rojo y papa, hasta el relleno de chilorio, jugosita carne de puerco en adobo cítrico.

Pero si lo tuyo son los tacos de guisado, también puedes elegir entre el caldoso chicharrón verde, el versátil picadillo o la marinada cochinita pibil. 

Y como el ambiente citadino no puede faltar, en este pequeño local siempre están presentes el pastor y la arrachera.

Aquí hasta para los veganos hay opciones porque “El vegetariano”, con rajas y champiñones asados no le envidia sabor a los demás.

Su preparación es única, pues embadurnan de frijoles sus enormes tortillas de harina de 18 cm de diámetro preparadas a base de nata, se cocinan y se hacen volar por encima de la plancha de metal.

Puedes escoger el burrito normal, enrollado y relleno de jamón de pavo, queso y frijoles, que sacia el hambre por sólo 20 pesos. 

“El Montado”, acompañado de cualquiera de los platillos de tu elección, colmado de queso asadero traído desde Chihuahua, que gratina por completo la carne y se dobla como una quesadilla. O la costra —una preparación chilanga— se atiborra de 110 gramos de carne envuelta en una capa de queso achicharrado y crujiente.

Pero el plato especial se lo lleva el “Goliat”, que con tortillas de 45 cm de largo —equivalentes a dos burritos y medio— alude con honor al enorme personaje bíblico. Y es que saturado de queso y de dos guisados de carne, es el grandulón más pedido de la casa.

Además, puedes acompañar tus doraditos y calientes burros con 13 salsas de todo tipo de sabores. De chile de árbol, cacahuate, jamaica, serrano con limón, jitomate con naranja, e incluso, chetos con habanero. 

Claro, siempre midiendo su picor en el salsómetro colgado en sus columnas de madera, que te señala de menor a mayor cuál de ellas es la más picosa, para que no te caigas del columpio por la enchilada.

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