¿Dónde quedó la pasión?

01/11/2015 17:24 Actualizada 11:22
 

Cuando nació mi hija, Camila, quedé tan cansada que pensé que nunca más iba a tener energía para nada. Y así estuve durante meses. 

Me hicieron cesárea porque desde las 5 de la mañana de ese caluroso 21 de junio se me rompió el saco amniótico, pero a las 10 aún no había conseguido dilatar. El ginecólogo me dijo que mi bebé corría riesgo de contraer una infección. Así que no lo dudé y le dije: opéreme entonces. 

En ese entonces ni me lo imaginaba, pero la noche anterior al nacimiento de mi hija fue la última vez en mucho tiempo que su papá y yo hicimos el amor. Y unos años después acabaríamos separándonos. 

¿Cuánto tiempo hay que esperar para tener intimidad? Según el sitio web de Baby Center, lo adecuado es de cuatro a seis semanas después de la cesárea. Pero hay que tomar en cuenta que los organismos reaccionan distinto, y todo depende de cómo vaya tu proceso de cicatrización. Para que te sientas más tranquila, consúltalo con tu ginecólogo. 

Debo confesar que yo no me animé a hacerlo. Pero te aseguro que en mi caso, no preguntar y no propiciar encuentros con mi pareja o aceptar sus avances amatorios fue un gran error que poco a poco lo enfrió todo. 

Entonces, ¿debo acceder a tener relaciones aunque no tenga ganas? No, por supuesto que no. Jamás leerás aquí un consejo que implique que aceptes hacer algo en contra de tu voluntad. 

La cosa va más o menos así: Cuando acabas de tener un bebé, obviamente estás muy cansada. Lo más probable es que estés deseando meterte a la cama (y no precisamente para tener un encuentro amoroso apasionado) una vez que has terminado de amamantar, arrullar, cambiar pañales varias veces al día, lavar baberos y mamelucos. 

Obvio que si tu pareja te sale con que tiene ganas de hacer el amor, tu primer impulso va a ser recordarle que hace quién sabe cuántas noches no duermes bien y que el trabajo del día te ha dejado exhausta. 

Lo que quizá no estés pensando en ese momento es que a tu pareja quizá le pasa lo mismo, pero justamente por eso siente necesidad de tocarte, de sentir que están juntos en esto, de celebrar el amor que se tienen y, por qué no, de quitarse de encima el estrés con un buen encuentro sexual. Es el momento de dar(te). 

Diría que hay que saber encontrar el equilibrio entre lo que crees que necesitas y lo que está demandando tu pareja. En los momentos en que de plano sientas que no puedes ni con tu alma, díselo: “¿Sabes qué? De plano ahorita no puedo; me siento agotada, pero haré el esfuerzo más tarde”. O puedes plantearle el sexo oral como una alternativa que implicará menos esfuerzo físico, pero una excelente gratificación para tu contraparte. 

Hay que pensar que tu pareja se puede llegar a sentir desplazada porque estás entregada a tu bebé. Y es lógico que necesite reforzar la relación por medio del contacto físico. Pero, ¿sabes qué es lo mejor?, que una vez que hayas vencido la barrera del cansancio, tú también vas a disfrutarlo porque no hay nada mejor para volver a sentirte bonita, deseada, sexy que un buen encuentro sexual.

Cuando acabas de tener un bebé obviamente estás muy cansada. Lo más probable es que estés deseando meterte a la cama (y no precisamente para tener un encuentro amoroso apasionado)

Tips*

No pierdan el romanticismo. Los encuentros rápidos, a oscuras, en la cama y tapados hasta la barbilla también tienen lo suyo de gratificante; no se les olvide que son dos personas enamoradas, con todo el derecho a experimentar el placer y la felicidad. 

Si tuviste una cesárea, busca posturas con las que sientas que no te vas a lastimar, pues eso puede darle al traste al momento erótico. 

Si tus pezones están agrietados coméntalo con tu pareja para que tenga más cuidado al tocarlos o besarlos. 

* No olviden estar al pendiente del bebé. Un ojo al gato... 

Por: Irma Gallo 

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