Profecía sobre el coronavirus en los ochentas

Profecía sobre el coronavirus en los ochentas

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 23/02/2020 11:33 Yohanan Díaz Vargas Actualizada 12:00
 

Las redes sociales han enloquecido esta semana a causa de una obra publicada en 1981: ‘Los ojos de la oscuridad’, novela de suspenso del escritor estadounidense Dean Koontz. 

La obra cuenta la historia de una madre que intenta descubrir si su hijo Danny sigue vivo o realmente murió, como le habían dicho. El motivo de la resurrección de este bestseller, que llegó a estar en la lista de los más vendidos del ‘New York Times’, es que habla de un virus llamado ‘Wuhan-400’. 

En concreto, las referencias aparecen en el capítulo 39 de ‘Los ojos de la oscuridad’, donde leemos lo siguiente: “Un científico chino llamado Li Chen, desertó a los Estados Unidos y trajo consigo un expediente en microfilme de la más importante y peligrosa arma biológica de China en la última década. 

“Lo llaman ‘Wuhan-400’ porque fue desarrollado en sus laboratorios RDNA fuera de la ciudad de Wuhan y se trataba, además, de la cepa viable que hacía la número 400 de los organismos artificiales creados en dicho centro de investigaciones”. 

Debido a estas referencias, son muchos los que ya tildan a Dean Koontz de profeta, pues aunque no refleje exactamente la situación actual en relación al coronavirus, sí que llama la atención que haya dejado por escrito -hace más de treinta años- referencias a un virus nacido en Wuhan. 

Sin bien el coronavirus conocido como covid-19 no es un arma biológica ni tiene un origen artificial, según las autoridades médicas, sí que se da la casualidad de que en Wuhan se ha detectado este virus tan peligroso y que, al igual que en la novela, a las afueras de esta ciudad china existe un laboratorio de virología que se ocupa de enfermedades infecciosas. 

La novela afirma que ‘Wuhan-400’ es un arma perfecta. Afecta solo a los seres humanos. Ninguna otra criatura viviente puede transportarla. Y, al igual que la sífilis, ‘Wuhan-400’ no puede sobrevivir fuera de un cuerpo humano vivo más allá de un minuto, lo cual significa que no puede contaminar de manera permanente objetos o lugares completos, como sucede con el ántrax u otras bacterias virulentas. 

Y cuando el huésped muere, el ‘Wuhan-400’ perece con él a escaso tiempo después, en cuanto la temperatura del cadáver desciende por debajo de los 30 grados. Cabe señalar que, según medios como ‘South China Morning Post’, en la primera versión de la novela ‘Los ojos de la oscuridad’ de Dean Koontz (publicada con pseudónimo, como Leigh Nichols), de 1981, no aparece la referencia ‘Wuhan-400’. 

El virus de la novela aparece como ‘Gorki-400’ y es desarrollado por los rusos a las afueras de la ciudad de Gorki. El cambio a ‘Wuhan-400’ se produce en 1989, cuando la obra se vuelve a publicar, esta vez firmada por Dean Koontz. Según parece, el fin de la Guerra Fría provocó este cambio en el nombre del virus de la novela. En 1989, EU y Rusia ya no eran enemigos y ahí es cuando se produce esta modificación en la novela.

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