Procesiones fantasmales

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(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 03/11/2019 09:19 Yohanan Díaz Vargas Actualizada 09:19
 

 

Estamos en una época del año especial, días en los que se abre un portal entre nuestro mundo y otras realidades. En concreto, es tiempo de ánimas, de esas almas que, según la tradición católica, han muerto con pecados pendientes de absolución y vagan errantes en un espacio conocido como el purgatorio. 

De hecho, este es el motivo por el que se ofrecen las misas de difuntos, para aligerar este tiempo en el purgatorio y que nuestros familiares puedan alcanzar pronto la gloria eterna. 

almas en pena. En España, una de las procesiones de ánimas más impactantes es la conocidas en Galicia como la Santa Compaña o la Güestia. Testigos afirman haberse topado con una comitiva de almas en pena, vestidas con túnicas negras y portando una veladora. Se deslizan despacio, en fila, en mitad de la noche, y se considera que son personas fallecidas que están atrapadas entre los vivos y muertos. 

Encontrarse con esta procesión es terrorífico para el testigo, que debe rezar o realizar un círculo en el suelo e introducirse en él para que la Santa Compaña no se lo lleve. Para protegerse de estas procesiones fantasmales, se llevan a cabo rituales que buscan que estas almas alcancen el cielo para que no anden asustando.

En Extremadura, existen mujeres denominadas “pedidoras de ánimas”. En Pasarón de la Vera, durante nueve días, las pedidoras salen a la calle, a mitad de la noche, y rezan en cada esquina de la localidad, repitiendo: “haced bien por las benditas ánimas del purgatorio, por el amor de Dios”. 

Durante el ritual, no hablan con nadie y portan una campana que van tocando, para que todos los habitantes del municipio escuchen el rezo de las pedidoras, que va dedicado a todos los difuntos del pueblo. 

Da miedo

En Extremadura, la “Genti di Muerti”, o la gente de muerte, se trata de dos jinetes fantasmales que se presentan a la entrada de los pueblos de la comarca de Las Hurdes, una de las más ricas en misterio en toda España. 

La aparición de la “Genti di Muerti” siempre es motivo de pánico, pues se tiene la creencia de que cuando llegan estos personajes anuncian el fallecimiento de algún habitante del pueblo. Ellos son portadores de la muerte y son los personajes más temidos del bestiario mitológico de esta región. 

Así, en Las Hurdes tienen su propia fiesta para hacer felices a las ánimas y que no se aparezcan el resto del año. La celebración tiene lugar en estos días y se llama “Carvochá”, que significa “castañada”. 

Los hurdanos se reúnen y ofrecen alimentos en honor a las ánimas. Lanzan castañas al aire, para que puedan alimentarse los espíritus que aparecen en la fiesta, y también danzan y cantan para que estén contentos y no den sustos. Un personaje conocido como “el animeru de la ceniza” hace una cruz en la frente de los presentes, con ceniza procedente de los restos de la hoguera de ánimas (que se enciende de manera ritual, añadiendo encina, vino y pelos de cabra) para otorgarles una protección de cara a este universo mágico.

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