Las trenzas de los duendes

Las trenzas de los duendes

FOTO: Archivo / El Gráfico

Al día 14/02/2021 13:19 Yohanan Díaz Vargas Actualizada 13:19
 

En México pervive una leyenda relacionada con la posible existencia de duendes, que se mantiene viva en Huasca de Ocampo, en el estado de Hidalgo. 

Existe una tradición ancestral que asegura que seres del mundo feérico, es decir, hadas, gnomos y duendes, estarían conviviendo con el ser humano en esta región de México. 

La investigadora Cristina Cortés de Herwing creó el Museo de los Duendes, para dar a conocer los estudios sobre esta cuestión que ha podido realizar en la zona de Hidalgo. Según la experta, los pobladores le refirieron muchas historias relacionadas con duendes y, además, ella pudo vivir algunas experiencias. 

Asegura que en su rancho, donde criaba caballos, por la mañana aparecían los animales con sus crines decoradas con columpios y con trenzas, en ocasiones muy complicadas de hacer. 

Tras muchas pruebas e investigaciones, concluyó que podría ser obra de estos seres. Lejos de considerar que podía tratarse simplemente de nudos en el pelo creados de forma natural al rozarse o acostarse en el establo, se percató de que estas elaboraciones eran complejas y que no podían ser fruto de la casualidad pues, si tuvieran un origen natural, aparecerían en toda la crin, y no solo en áreas concretas, cuando el resto del pelo está ordenado. 

Este tipo de hechos no solo estarían ocurriendo en México, sino también en algunas zonas de Estados Unidos. En los últimos días ha contactado a Luis Antón, quien trabaja en un rancho de Texas. Luis ha observado que los caballos de este rancho también aparecen por la mañana con elaboradas trenzas. 

En las fotografías y videos que Luis me ha compartido para que puedan ser observadas por los lectores, aparecen estas difíciles creaciones tanto en las crines como en las colas de los caballos. 

Además, explica que se van incrementando: por ejemplo hay un caballo que primero tenía una, y ahora ya tiene tres. 

Las trenzas que más llaman la atención de Luis son las que aparecen en la cola: “lo curioso es que todas a la misma altura y con el mismo estilo. Tienen adornos de hojas de eucaliptos y aquí en el rancho no existen los eucaliptos”, asegura. 

Recientemente, uno de los caballos que tenía una de las elaboraciones más perfectas, enfermó y tuvo que ser sacrificado. La noche antes, el adorno desapareció del pelo del animal, algo que sorprendió mucho.

¿Será que estos seres estuvieron acompañándolo en su última noche de vida y le quitaron el adorno para su marcha de este mundo?

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