Las enigmáticas pinturas del Salor

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 15/09/2019 10:08 Yohanan Díaz Vargas Actualizada 10:08
 

 

Pocos conocen la ermita de Torrequemada, en Cáceres, España, donde se venera a Santa María del Salor, patrona del municipio. No se conserva la imagen original porque se perdió durante la guerra de Independencia española, contra los franceses, pero dicen que era una Virgen Negra, una talla asociada a cultos anteriores a la Madre Tierra, a la Isis egipcia y vinculada a los Templarios, que habrían sido los encargados de construir esta ermita sobre templos de culturas anteriores y en un espacio cargado de energía telúrica. Según el historiador Antonio Rodríguez, hay estudiosos que piensan que en este lugar nació el culto más antiguo a la Virgen de Guadalupe. En los alrededores de la ermita hay una piedra en la que se conserva esculpido un falo de la época romana; usaban amuletos con el órgano genital porque creían que era una eficaz protección contra cualquier maldición o mal de ojo.

Entre los misterios de esta ermita, destacan, sin duda, los frescos que hay en su interior, del siglo XVI. 

Los frescos contienen distintos temas relacionados con la vida de Jesús: el camino al Gólgota, la crucifixión o Jesús niño en el templo; sin embargo, hay detalles que llaman la atención: ¿Por qué Jesús carga una cruz tau (con forma de T) en vez de una cruz latina? ¿Por qué en la crucifixión, Jesús y los otros dos crucificados están pintados en color negro? Y lo más enigmático, ¿qué momento representa el banquete del tercer fresco? 

Según expertos, no puede ser la Última Cena porque hay mujeres, ni las Bodas de Caná porque no hay novios ni copas de agua o vino, y sólo hay dos personajes con aureola: Jesús y ¿la Virgen María o María Magdalena? Hay quien piensa que se trata del matrimonio de Jesús con María Magdalena, y de un fresco medieval, anterior a las teorías de Dan Brown y el Código Da Vinci. 

Por otro lado, ¿qué tiene Jesús en la mano?, parece un objeto redondo y negro, puede ser un grial, un pequeño cuenco de ónice como la pieza original de los griales de León y Valencia, los únicos que hasta el momento, han resistido las pruebas arqueológicas y se han datado en la época de Cristo. 

Aunque también, ese misterioso objeto puede ser una piedra... y, en la antigüedad, la Iglesia católica condenó a los “veneradores de piedras”, que usaban para rendir culto a la Madre Tierra, una práctica que se sustituyó por el culto a la Virgen María, y más en concreto, a las Vírgenes Negras. 

En una de las puertas de entrada al templo aparece la Virgen de la Leche, hasta ahí acudían muchas madres para pedirle a la Virgen que sus pechos dieran mucha leche para poder criar a sus hijos en abundancia y salud.

 

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