Aliens en la prehistoria
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Científicos israelíes acaban de publicar un estudio en el que aseguran que los seres humanos, durante la prehistoria en el actual territorio europeo, se privaban de oxígeno con el fin de entrar en estados alucinatorios mientras creaban, en la profundidad de las cavernas, lo que hoy conocemos como arte rupestre.
Esta fascinante investigación ha sido publicada en la revista ‘Time and Mind’, donde, además, señalan que el primer arte de la historia no se realizó en el interior de las cuevas por pura casualidad, sino que la humanidad de la prehistoria eligió estos espacios oscuros y profundos, donde escaseaba el oxígeno, a fin de provocar esos estados alterados de conciencia.
En palabras de los responsables de este trabajo, ante la falta de oxígeno llegaban a un estado que se denomina “hipoxia”, que produce que aumente la liberación en el cerebro de la sustancia conocida como dopamina y, como resultado de dicha liberación, que surjan “alucinaciones y experiencias extracorporales”, trances que ellos dejaron plasmados en las pinturas que hoy día, miles de años después, siguen adornando esas cuevas.
Para probar sus conclusiones, los científicos responsables de esta investigación realizaron todo tipo de comprobaciones en cuanto al oxígeno, con espacios similares a los que ellos seleccionaron para realizar el arte rupestre.
“Discutimos la importancia de las cuevas en las cosmovisiones indígenas, y sostenemos que entrar en esos entornos profundos y oscuros fue una elección consciente, motivada por la comprensión de la naturaleza transformadora de un espacio subterráneo sin oxígeno”, aseguran en el estudio.
Sin duda, se trata de una investigación importante porque pone de manifiesto que el arte rupestre era mucho más que una representación de diversos aspectos de su existencia. Más bien nos hablan de las primeras formas de religión, los primeros signos de espiritualidad en el ser humano y, principalmente, el contacto con los dioses.
Estos métodos para contactar con entidades ajenas a nuestro mundo han llegado hasta nuestros días y perviven en el seno de comunidades indígenas, a través de la ingesta de sustancias como el peyote.
Ya sea a través de falta de oxígeno o consumiendo determinadas plantas, la humanidad sigue teniendo la concepción de que los estados alterados de conciencia son la puerta de entrada hacia esas otras realidades. Investigadores como el doctor y psiquiatra argentino Néstor Berlanda, quien lleva años investigando tanto el mundo chamánico como el del denominado contacto extraterrestre, explica en obras suyas como ‘Detrás de la niebla. La historia de un encuentro extraordinario’, que todas estas experiencias podrían estar relacionadas con la liberación de una sustancia conocida como DMT, compuesto químico de la familia de las triptaminas que es biosintetizado de manera naturales en plantas y animales y provoca en el cerebro diversos fenómenos de tipo subjetivo.
En sus propias palabras, aunque nuestro cerebro produce de manera natural DMT, sí hay personas que producen mayor cantidad.
Sin duda, sería digno que la ciencia se encargara, con mayor profundidad, de investigar este tipo de hechos con el fin de explicar la puerta física y psíquica al contacto con otras realidades en este mundo.