Si la directiva del Guadalajara cree que con la contratación de Antonio Briseño es suficiente, está completamente equivocada.

Es cierto que, de cara al Apertura 2019, el plantel dirigido por Tomás Boy luce con un poco más de profundidad, sobre todo en la defensa central, donde —además del “Pollo”— están Hiram Mier y Oswaldo Alanís, porque Miguel Basulto y Hedgardo Marín son una broma, ni siquiera puede llamárseles jugadores de Primera División.

En la delantera también hay más opciones, gracias a la polémica llegada de Oribe Peralta, quien debe aportar —sobre todo— liderazgo. Se unirá a Alan Pulido, Alexis Vega y Ronaldo Cisneros, pero —insisto— con eso no alcanza.

Quedó claro el viernes, cuando el River Plate le puso una auténtica repasada, porque el 5-1 en San Diego se quedó corto con relación a lo que fue el encuentro.

Hasta Marcelo Gallardo, entrenador del actual campeón de la Copa Libertadores, se mostró sorprendido por el paupérrimo nivel que mostraron las Chivas.

Los defensores del “Jefe” Boy y la directiva dirán que hace falta trabajo, pero la realidad es que hace falta plantel... E inversión verdadera, porque no sedebe olvidar que ninguno de los cuatro refuerzos para el Apertura 2019 (Antonio Rodríguez, Peralta, Alanís y Briseño) costó peso o dólar alguno en cuanto a concepto de transferencia. Obviamente, sí en el salario.

Es cierto que son posiciones que necesitaban ser reforzadas, pero no es que se haya gastado mucho dinero para fortalecer a un plantel que lo necesita bastante.