La vida es eso que pasa mientras aumentan las renuncias a la Cuarta Transformación. La dimisión del titular de la Secretaría de Hacienda es la novena baja en el gabinete de este sexenio y la primera antes de completar el segundo año en Hacienda, desde los tiempos de Luis Echeverría, personaje tan parecido en filosofía al actual inquilino de Palacio.

La principal discrepancia que tuvo el presidente López Obrador con Carlos Urzúa fue la pertinencia de la construcción del aeropuerto en Texcoco y no en Santa Lucía. La última fue el anuncio de nuestro vecino del norte respecto a la imposición de nuevos aranceles al acero mexicano, esto después de que el gobierno aceptó endurecer su política migratoria, a cambio de no imponer aranceles a productos mexicanos de exportación a EU.

De poco sirvió el sometimiento. Incluso, la ex embajadora Roberta S. Jacobson ya recomendó al presidente López Obrador dirimir las diferencias entre ambos países ante el pleno de la Asamblea de las Naciones Unidas. 

Denuncia o renuncia. Dado el tono de la carta de dimisión, quienes conocen de cerca a López Obrador comentan que a Carlos Urzúa le pidieron las llaves de su despacho. 

Pero también deberían investigar los “conflictos de interés” y las imposiciones de personal no calificado que fueron denunciados en la misiva.

Y aunque así lo pide la sociedad y organizaciones como Coparmex, lo más probable es que nada ocurra, porque dichas prácticas son la norma dentro la nueva clase política en el poder. Ahí están los despidos masivos en el sector público y los malos modos en la Policía Federal Preventiva, hasta hoy sin consecuencias. 

La realidad comienza a hacer evidente lo inviable de muchos proyectos de la Cuarta Transformación, como fue señalado puntualmente por Germán Martínez al renunciar al IMSS.

Como lo dice todos los días la afónica oposición que ha logrado cohesión en las redes sociales, pero no en las calles. ‘Así no se puede, goe’.

Para los mercados financieros y las calificadoras, el temprano relevo en Hacienda fue tomado como una señal de alerta que se reflejó en el nerviosismo en la cotización del peso con el dólar.

En la arena política, Carlos Urzúa se convirtió en héroe para algunos opositores y en villano para los simpatizantes. Una razón más para polemizar entre ambos bandos.

Algo en que deberían reparar fue en el reconocimiento de sus propios colegas, como Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México. Tal vez deberíamos probar esa óptica, desear que al secretario Arturo Herrera le vaya bien, a pesar del escenario tan adverso. Y ahí sí nos iría bien a todos. 

Radar de lo Absurdo

Es inconstitucional el cambio en la duración del mandato para el gobernador que aprobó el Congreso de Baja California. La gente salió a votar por un periodo de dos años y la mayoría morenista, aliada con el PRI y el PAN, ampliaron el cargo, de un plumazo, a cinco años para el gobernador electo Jaime Bonilla; o sea, todavía no llegan al poder y ya se andan llevando el hueso. 

@LeoAgusto