El segundo aire del zapatismo

LEO AGUSTO

OPINIÓN 08/01/2020 10:30 LEO AGUSTO Actualizada 17:08

Se cumplieron 26 años de la insurrección zapatista en Chiapas con una causa que ha despertado la simpatía de las organizaciones no gubernamentales internacionales: la oposición a la construcción del Tren Maya. Y es que existe una razón entre los ambientalistas del mundo como la defensa de la selva y de las especies animales que habitan en ella. 

El presidente López Obrador no ha podido calificar de neoliberales ni de “fifis” a los integrantes del EZLN como lo ha hecho incluso con militantes de izquierda, radical y moderada que han osado contradecirlo. Los zapatistas también son pueblo, pueblo enmascarado. Mientras que los obradoristas no han escatimado en insultos racistas contra esta expresión de izquierda reconocida a nivel internacional. 

El Tren Maya es una ocurrencia más en el afán faraónico del actual gobierno por dejar huella en México. La simulación de la consulta al estilo “lo que diga mi dedito” no funcionó entre las poblaciones que se verían afectadas con la construcción de la obra y tampoco pegó políticamente como en el caso de la construcción de los segundos pisos hace veinte años.

La encuesta publicada esta semana donde el Presidente mantiene una aceptación del 72% es un espejismo que no representa un cheque en blanco para imponer de manera arbitraria el Tren Maya.

Algo debería decirle también a AMLO el reclamo de hace un par de días en Morelos, tierra de Emiliano Zapata, por la afrenta que representó para los integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas la exhibición del “Zapata gay” en el Palacio de Bellas Artes. El discurso presidencial comienza a escucharse hueco y sus promesas caen en la demagogia, el pragmatismo que le conocemos tendrá que volver para equilibrar a una crispada sociedad.

@LeoAgusto

 

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