El privilegiado John

LEO AGUSTO

OPINIÓN 03/07/2019 09:39 LEO AGUSTO Actualizada 09:39

Para millones de mexicanos que todos los días salen a las calles de esta insegura Ciudad de México sería un privilegio tener un par de guaruras a su servicio, pero al hacer cuentas de lo que costaría pagarles el camión diario, hace que la idea se convierta en un disparate.

Porque no basta con simpatizar con la Cuarta Transformación para acabar con la delincuencia, usted necesita llamarse John Ackerman para asegurar que el gobierno le ponga guaruras. Es requisito indispensable ser consorte de la titular de la Secretaría de la Función Pública y cuñado del superdelegado federal en el convulso estado de Guerrero. Sin embargo, para los hermanos Irma Eréndira y Amilcar Sandoval no es nepotismo, sino la “estirpe” de una izquierda capitalista con historia de “lucha” social. 

Nepotismos aparte, John Ackerman ha recibido el privilegio de conducir un programa en el canal de televisión del Instituto Politécnico Nacional, donde es sinodal del doctorado en tercermundismo, al tiempo que una serie de despidos injustificados sacuden al Once para cubrir las cuotas de los cuates.

Mientras la casa arde, Ackerman, en pleno disfrute de su privilegio, utiliza el medio público con el objetivo de polarizar a la sociedad entre “fifís” y “chairos”. Una situación inédita en la historia del Canal 11: dividir a la población y responsabilizar al otro de la tragedia colectiva, mientras personajes como Emilio Lozoya se ríen impunes de AMLO desde Alemania.

La austeridad es la bandera de la Cuarta Transformación y del porrista Ackerman, pero sólo en el discurso. Hay nula congruencia en que los hijos del matrimonio Ackerman Sandoval se eduquen aislados de la realidad de la educación pública en el Liceo Franco Mexicano de la Ciudad de México, un colegio cuya colegiatura cuesta más 12 mil pesos mensuales. ¿Y la defensa de la educación pública y gratuita? Primero hay que ventilar la buena vida en portales de nota rosa. 

Si la Cuarta Transformación quiere seguir en la simulación de austeridad, defensa de la educación pública, la salud y demás gansos, también deberían comenzar a mandar a sus hijos a escuelas públicas para que vean las enormes fallas del sistema educativo nacional y puedan incidir de mejor manera en la innovación educativa desde el gobierno.

En el mundo de los otros datos, la 4T no busca convencer, sino confundir y el doctor Ackerman seguirá en la denostación desde el poder contra aquellos que se atrevan a desafiar al pensamiento único, porque alguien tiene que pagar la colegiatura y los guaruras. Y ahí estará el privilegiado John. 

Bitácora de los Ángeles del Gordo. Decía Carlos Monsiváis que cuando a la gente se le termina el vocabulario, entonces comienza a gesticular. Y así hemos visto a John Ackerman a cuadro con Sabina Berman; ante la falta de argumentos y la sequía de palabras, entonces manotea con un lenguaje corporal violento buscando tener así la razón. No sería extraño que la dramaturga se baje pronto del talk show de propaganda “John y Sabina”. 

@LeoAgusto

 

Comentarios