El mal de los clones

Gabriel Cruz

OPINIÓN 21/02/2020 09:55 Gabriel Cruz Actualizada 14:55

Hace unos días, el Hijo del Santo denunció la suplantación de su personaje, durante un evento público en el que una enmascarado se equipó con los colores y la incógnita plateada, para repartir autógrafos y presuntamente vencer productos oficiales del legado que formó el Santo.

Más allá de las acciones legales que vaya a entablar el afectado junto a su equipo de abogados, lo cierto es que este tipo de acciones no son atacadas por las autoridades de forma adecuada.

Mucho se ha criticado al Hijo del Santo por la manera en que defiende la marca que porta, pero en realidad, es de los pocos que hace respetar el legado que recibió y lo ha mantenido en lo más alto del panorama luchístico y cultural en México.

Si una figura de ese tamaño es atacada de esa manera, qué pueden esperar otro tipo de personajes, que si bien cuentan con una trayectoria interesante en el pancracio, no con los reflectores para reclamar ese tipo de abusos.

Es el caso del Hijo del Gladiador, quien con 50 años en el medio de los costalazos, lamenta que jóvenes estetas se apoderen de su nombre para abrirse paso en arenas de todo el país, sin un permiso que los avale.

Es el caso del esteta que trabaja como el Gladiador en la zona de Matamoros, quien aparece con frecuencia en las carteleras de la arena Gladiadores. Para no ir más lejos, está programado este domingo en un homenaje a un luchador local. Sin que nadie lo pueda impedir. 

¡Buenas luchas!

Comentarios