El fracaso de Pumas tiene nombre y apellido

Gerardo Velázquez de León

OPINIÓN 23/04/2019 00:35 Gerardo Velázquez de León Actualizada 00:35

E s natural que se haga un replanteamiento para el futuro en Pumas. Esta temporada, de evidente fracaso del primer equipo, prende las luces rojas en la Junta Directiva, porque después de lograr un torneo como el Apertura, en el que sumaron 30 puntos y fueron semifinalistas, no se puede entender que hayan caído tan estrepitosamente para el siguiente campeonato.

El desplante de Rodrigo Ares de Parga el sábado, cuando un tuitero logró captar la imagen del regaño a Leandro Augusto, no es más que la gota que derramó el vaso en una organización que simplemente echó a perder todo un proyecto por una hora de juego terrible contra América y que no supo reponerse.

El problema no era David Patiño; de hecho, el peor error de Ares de Parga no es aparecer en un video regañando a sus colaboradores, sino contratar a Bruno Marioni, un proyecto improvisado de dirección técnica para un equipo que requería continuidad, esa que no se le dio a Patiño por diversos motivos, aunque fue semifinalista hace cuatro meses.

Pumas no está inmerso en la crisis que se quiere vender. Claro que habrá una revisión a fondo de quiénes están desarrollando correctamente su trabajo y quiénes no, labor de evaluación que tendrá como encargada a la Junta Directiva y que seguramente hará una evaluación de todo lo que hasta ahora han hecho, no solamente en el primer equipo.

Y precisamente no está en una crisis profunda porque el Sub-17 es líder general, la Femenil y la Segunda División están en Liguilla y la Sub-20 se encuentra cerca de conseguir su pase a la fase final; es decir, no todo es malo. Por ejemplo, en Chivas están fuera de todas las divisiones, un fracaso sonado porque no tienen futuro, en Pumas sí.

Por eso, el pecado de Ares de Parga —más allá de su explosivo carácter y tener la mala suerte de que lo grabaran en el Azteca— fue contratar a Marioni, no tener la paciencia de aguantar a Patiño en un momento mejor o igual que viven en la actualidad. Además, la conducta del entrenador en Ciudad Juárez, golpeando a un aficionado y la agresión a Omar Mendoza en el partido contra Xolos, son pretexto suficiente para no volver a contar con un barrabrava en el banquillo.

Así que lo que deben revisar en la Junta Directiva es a quién poner de entrenador, ese es el verdadero problema de Pumas. Claro que deben mantener a futbolistas que han rendido y, aunque reciban ofertas jugosas, aguantar y fortalecer al plantel con extranjeros necesarios que aún no están fabricados en la cantera

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