Más allá de tirarle narrativamente al tío malacopa (como lo ven en la FMF), Fidel Kuri, los mensajes y aprendizajes de la historia del Veracruz deben ser analizados a profundidad para que no vuelvan a ocurrir.

En muy poco tiempo, en nuestro futbol nos hemos rasgado las vestiduras en repetidas ocasiones con personajes folclóricos que, vía un Gobierno o negocios peculiares, se hacen de un equipo y se mediatizan culturalmente para sacarle tabla a este negocio.

Son muy notables los intereses que muchos presentan para hacerse de una franquicia, pero si no hay seriedad, terminan pagando todas sus fechorías. Desde Petricevic hasta Amado Yáñez, desde los López Chargoy hasta los Higuera, desde Lankenau hasta los Favela. El que no se tenga un respaldo serio, deportivamente hablando, será muy complicado que se pueda anexar a la famila de nuestro futbol.

No es nada personal, ni mucho menos una crítica severa, ante estos personajes que invierten su tiempo y recursos, pero no han podido acercarse al negocio para fomentar y desarrollar proyectos que compitan y sean serios. Por eso, el debate en la mesa de los dueños debe ser muy profundo, entender las razones de que el Gobierno de los estados, empresarios que no tienen mucha solvencia o conocimiento de este deporte y alguno que otro charlatán, se cuelen con tanta facilidad y dejen mal parada a nuestra Liga.

Esta industria no es fácil, si no, pregúntenle a los Vázquez Raña, los Álvarez, los Vergara: ¿Cuánto les ha costado aprender de este deporte? ¡Bienvenidos, bienvenidos! A lo que parece son las últimas horas del compadre malacopa (como lo ven en la FMF) en el futbol de Primera División.