El casado casa quiere

Mediación TSJCDMX

OPINIÓN 02/08/2019 12:37 Mediación TSJCDMX Actualizada 12:37

Martín ya se sentía incómodo. La casa de sus suegros, donde al principio lo habían acogido con calidez, la idealizó como un medio y un proyecto para crecer. Al paso del tiempo, se transformó en un infierno, en el que sus sueños y su vida en pareja con Gabriela, se convirtieron en cenizas.

Con apenas 20 años de edad, ya eran padres de Matías, de tres años. Sin proponérselo, dependían de sus suegros en lo económico y en el cuidado de su hijo. Los sueños de Martín y Gabriela eran concluir sus estudios de bachillerato, a fin de tener mejores oportunidades de empleo y así ofrecerle una vida más cómoda a su pequeño, tener su propio departamento y ser autosuficientes; y tal vez, por qué no, pagar una guardería para Matías.

Sin embargo, esos proyectos se empezaron a alejar, a partir del primer año. La dependencia cada día empoderaba a los suegros, quienes ganaban “territorio privado”. Gaby y Martín ya no podían opinar sobre la crianza de su propio hijo, pues ese “territorio” ahora era de sus suegros. Al fin y al cabo, ellos lo mantenían y cuidaban.

Los padres de Gaby le fueron encontrando mil y un defectos a su yerno, mientras que a ella la trataban como “hija de casa”, por lo que Martín y Gabriela decidieron terminar su relación de pareja, no así su relación como padres. 

MEDIACIÓN. Martín llegó al Centro de Justicia Alternativa del Poder Judicial de la Ciudad de México, al que decidió invitar a Gabriela.

Ahí, los mediadores saben que los conflictos no son hechos fijos, ni se busca la verdad histórica. Se trata de un espacio seguro, confidencial, donde los protagonistas pueden hablar de sus diferencias y, juntos, manejar una misma información con la que trabajarán. No se trata de encontrar quién tuvo la culpa, sino cuál fue la falla en el sistema de manejo del conflicto y cómo contribuyó cada uno en su generación.

Gabriela y Martín se dieron la oportunidad de ponerse en el lugar del otro, de reconocer lo positivo, participar ambos en la co-construcción de soluciones. Ésta es la forma en que ambos encontraron un espacio para el diálogo y construyeron soluciones reales en las que todos ganan, sobre todo Matías.

Acordaron que el pequeño estaría bajo la guarda y custodia de Gaby.

Martín conviviría con Matías por las tardes. Sacaron cuentas respecto de los gastos y fijaron la cantidad que él entregaría a Gaby a favor de su hijo.

En cuanto a su relación, coincidieron en que aún se podría rescatar. Gaby reconoció que el compromiso y la decisión con Martín fue convertirse en mamá y papá, respectivamente. Todos esos acuerdos quedaron por escrito, a través de un convenio.

Este documento, elaborado por el mediador, cuenta con los mismos efectos de una sentencia judicial, lo que les brindó una gran tranquilidad, satisfacción y compromisos a favor de Matías y de ellos mismos.

[email protected]

Comentarios