No canta mal las rancheras

La lucha libre deja de ser prioridad de Máscara Año 2000 y se rifa como cantante

A la hora de la cantada, el rufián se queda en casa, y vuelve a ser niño

La lucha libre deja de ser prioridad de Máscara Año 2000 y se rifa como cantante

(Foto: Rosalío Huízar, El Gráfico)

Deportes 08/02/2020 22:06 Gabriel Cruz Actualizada 21:05
 

Sobre el cuadrilátero, Máscara Año 2000 cada vez aparece con menos frecuencia. Ahí, nunca fue el mejor para retar con micrófono en mano, habilidad que descubrió años después, sobre otro escenario y con la música regional mexicana de fondo.

Y es que, en honor a la verdad, ‘Chucho’ Reyes no ‘canta mal las rancheras’ y amenaza con mejorar, ya que reparte sus días entre clases de canto y empieza a darle duro a la guitarra. 

No piensa en el retiro pero la lucha libre dejó de ser su prioridad. “Por varios motivos, primero, la edad, ya no está uno de moda y no acostumbro buscar a los promotores para que me den trabajo”, advierte el maloso.

Lo cierto es que a la hora de la cantada, el rufián se queda en casa, y vuelve a ser niño. “Desde ‘chavo’ me gustó cantar y pienso dedicar lo me resta de vida a esa faceta. Ya empecé a tomar clases de canto y guitarra y es algo que me tiene emocionado. No me interesa ser famoso ni ganar dinero, solo quiero hacerlo bien y disfrutar las oportunidades que se me presentan”.

Escuchar los primeros acordes de las canciones que lo inspiran, es un placer que no tiene límites. “Hay diferencia con la lucha libre porque es un deporte peligroso en el que el nervio y la responsabilidad es grande, además de que arriesgas la vida, eso me impide disfrutarlo al cien por ciento, ya que implica dolor y un riesgo incluso de la integridad física, en un ring te puedes hasta morir, en el canto todo es placer”.

Así que admite sin dudar que luchar frente a multitudes no le ayudó mucho al momento de cantar. “Es otro mundo, se me fue dando poco a poco, tengo casi cuatro años en esto, ha sido un proceso en el que me he ido mentalizando y no tiene nada que ver con la lucha libre. Cuando andaba de gira cantaba pero con mucha pena y pedía que apagaran las luces. Alguna vez en un evento en Lagos de Moreno, mientras luché no sentí incomodidad, pero cuando empecé a cantar los nervios me comieron”.

Ahora se mueve con más confianza y hasta ha probado suerte en concursos de la televisión, “la Voz Senior me preparé una semana para montar la canción y al momento de cantar se me olvidó la letra, tuve que improvisar pero lo disfruté al máximo”.

El reto es cantar lo mejor posible, ha aprendido algunas ‘mañas’ para no desentonar, “cuando quise ser luchador entrené hasta alcanzar la excelencia y debo hacerlo igual con el micrófono”.

RUDO E INSPIRADO

Seis discos grabados no son poca cosa. El primero fue en respuesta al que grabó el luchador Konnan, fue en 1994 y era más cuestión de orgullo, “porque a él (Konnan) ni le gustaba cantar”. 

Después grabó en el estudio del réferi Baby Richard, también por el simple gusto, en ese tiempo se quedó afónico porque no tenía técnica, aguantaba tres canciones. “Más tarde hice un disco más en forma, y luego un par más para darme un gusto personal. En el más reciente compuse la mayoría de las canciones. Antes, solo había hecho una en honor a los Dinamita. Ahora el proceso fue más fluido, hice una canción a mi hija, otra, en honor al padre de más de 20, algunas de amor y desamor. Son nueve son composiciones mías y tres ‘covers’”.

El próximo 16 de febrero, el integrante de la dinastía Reyes recibirá un homenaje y lo aprovechará para deleitar a los invitados con su voz. “Me gusta la idea de fusionar de nueva cuenta mis dos pasiones. Se presenta la oportunidad de dar a conocer mi música, porque ya es muy difícil hacerlo. Estarán amigos de toda la vida y mi familia, es un placer y representa un placer muy grande. En el primer disco cantaron mis hermanos, Carmelo y Andrés, pero de ahí en fuera nadie le entró a la música. En el segundo disco cantó mi hija, ambas producciones se vendieron muy bien.

Lo acompañarán Cien Caras, el Fantasma, Solar y Canek, “es una buena oportunidad para que la gente se acerque, la entrada al Salón Quetzalcóatl en Iztapalapa no tendrá costo”.

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